9 Marzo 2021, 18:30
Actualizado 10 Marzo 2021, 19:18

Estoy seguro (¡vamos, segurísimo!) de que en algún día de cielo nuboso, te has parado a observar cuán rápido se mueven las nubes. ¿A que sí? ¿Sabes a qué velocidad se mueven? Y si te dijera que unas van como una bala, mientras que otras se mueven menos que un charco, ¿cómo te quedas? Te lo voy a contar. 

Para empezar, he de recordarte que una nube es una parcela de aire en la cual el vapor de agua se ha condensado. Esto es, que en ese volumen aéreo tenemos minúsculas gotas de agua. Esto hace que el aire húmedo sea más denso que el seco, por lo que, a priori, se opondrá más a moverse. En otras palabras, que el aire seco, al ser más liviano, empujará al húmedo.

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Seguro que me has oído hablar en la televisión de los distintos tipos de nubes. Éstas se clasifican en función de su altitud. Las bajas están desde el suelo (hablamos entonces de la niebla) hasta los 2-4km; las medias se sitúan entre los 4-7km; y las altas, a más de los 7, llegando a los 14km en el Ecuador. 

Las nubes más rápidas son las altas, ya que son impulsadas por la corriente en chorro. Ésta es un potentísimo canal de aire que se encuentra a unos 10km de altura y que está vinculado con los anticiclones y las borrascas. La velocidad del viento supera con creces los 300km/h aunque lo habitual es lo que sitúe entre los 150 y los 180km/h. Esta es una de las causas de que estas nubes aparezcan “despeinadas” y con un aspecto filamentoso. Sin embargo, desde el suelo parecen moverse lentamente. Esto es debido a su gran distancia y la extensión que llegan a tener. No obstante, si las grabas en vídeo, bastarán unos pocos minutos para darte cuenta del desplazamiento que sufren.

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Las nubes altas, de aspecto filamentoso, pueden viajar a más de 300km/h. 

Las nubes que se mueven más lentas son las de tipo bajo. En general lo hacen con velocidades de 20 a 40km/h. Si van asociadas al paso de un frente, pueden llegar a los 60. Rara vez pasan de este umbral. De ahí que cuanto menos viento haya, más llueve; y es que, si la nube pasa despacio, da tiempo a que se acumule más agua. Nada más. 

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Las nubes bajas se mueve, por lo general, entre los 20 y los 40km/h.

Un caso espacial de nube especialmente “tranquila” son las lenticulares. Pertenecen al género medio. Y se forman cuando el viento incide sobre una cadena montañosa. Cuando se ve obligado a ascender, se condensa el vapor de agua, formándose así la nube. Una vez que el viento cae por el otro lado de la ladera, se reseca y la nube desparece. Se trata, por tanto, de un fenómeno en el que la nube se está creando en un lado y destruyendo en el otro, dando una apariencia estática ya que puede permanecer horas y horas sin cambios.

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Las nubes lenticulares se forman en áreas de montaña donde el viento sopla intensa y uniformemente.

Estas diferencias de viento en los distintos niveles atmosféricos se conocen como “cizalladura” y es una magnitud importantísima para el pronóstico meteorológico, en particular el de las tormentas y de los ciclones tropicales. Es la responsable que de que las tormentas “se inclinen” a su etapa de madurez ya que la base se desplaza más lenta que la cumbre mantenidas las dos por las corrientes verticales que alimentan a la nube. Eso sí, hasta que llegue un momento en que tal equilibrio no se consiga y la tormenta se disipe.

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La variación del viento con la altura es la causa de que las tormentas se inclinen en su estado de madurez.

Actualmente la velocidad de las nubes se mide a través de las medidas de satélite. Éstos son capaces de diferenciar qué tipo de nubes son (si bajas, medias o altas) ya que cada una tienen distintas proporciones de agua y de hielo. Estos datos son también imprescindibles en el pronóstico meteorológico. 

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Imagen de un radar meteorológico. Los colores dan una idea de la velocidad de las nubes así como de la lluvia que descargan.


 

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