Se conoce como canícula al periodo, estadísticamente, más cálido del año. Por norma general se extiende desde el 16 de julio al 15 de agosto, aunque varía según las zonas.
Si tiramos de climatología, este periodo de un mes más cálido en Cáceres comienza el 9 de julio al 7 de agosto; mientras que en Badajoz lo hace una semana después, del 15 de julio al 13 de agosto. Si nos restringimos a 7 días naturales, la semana más cálida se sitúa entre finales de julio a principios de agosto. En cualquier caso, las temperaturas máximas rondan, por término medio, los 35ºC no sólo en las dos capitales, sino también en amplias zonas de la comunidad.
Pero también hay que prestar atención a las mínimas. El periodo de 30 días con noches más calientes va desde el 12 de julio al 10 de agosto para Badajoz, y del 10 de julio al 8 de agosto para Cáceres, con valores medios superiores a los 15ºC. Sin embargo, hay una quincena con la ubicación de la semana con noches más cálidas: en Badajoz va del 11 al 17 de julio y en Cáceres del 1 al 8 de agosto.
La canícula en otras zonas
Se han observado diferencias notables sobre la canícula en los distintos observatorios del país, no sólo en los valores de temperatura sino también en su duración. Así, tenemos que los registros más altos se dan en los valles del Tajo, del Guadiana y del Guadalquivir, siendo Córdoba la capital de provincia donde el periodo canicular es más intenso.
También se ha comprobado que los días más cálidos se presentan más tardíos en zonas de costa y, en especial, en el Cantábrico. La causa reside en el gran poder termorregulador que tiene el mar, acumulando el calor de semanas anteriores y liberándolo poco a poco.
Por último, en los países nórdicos los días de intenso calor son más tempranos que en el sur.
El vínculo con los perros
Sin duda es muy curioso el origen de la palabra canícula. Su etimología procede del latín “canis”, que significa “perro” y está vinculada a la constelación del Can Mayor, visible en esta época del año. En ella está la estrella de Sirio, la más brillante en el Hemisferio Norte, cuyo nombre en griego significa “La Abrasadora”.
La aparición de este astro marca el inicio de las cosechas en la Antigüedad. Es más, en los textos del poeta Ovidio aparece reflejada la existencia de sacrificios de perros con el fin de evitar que el calor hiciese madurar demasiado temprano los frutos.