Comienza el mes de julio, el mes de menos movimiento meteorológico de todo el año. Julio es el mes más seco, el de las temperaturas medias más altas y el del mayor número de días de cielo despejado. Y aquí es donde nos queremos parar hoy, en ese sol pertinaz del que aún no hemos sacado todo el provecho que podríamos.
En Extremadura tenemos unas 2900 horas de sol al año y solo en este trimestre de verano (en los meses de junio, julio y agosto) la media es de más de 1000 horas de sol, siendo el mes de julio el más soleado, con casi 380, lo que supone que por día tenemos unas 12 h de media de radiación.
El mes de julio es el más soleado del año, con casi 380 horas de insolación
A estos datos ayudan no solo nuestra posición geográfica en el planeta, en latitudes medias relativamente cerca del trópico sino también el patrón meteorológico que domina en este tramo central del año, el del bloqueo del famoso anticiclón de las Azores que nos deja de media unos 20 días de cielo despejado en este mes de julio.
A nadie debería pues extrañarle ni sorprenderle que una de la apuesta en el tránsito hacia un cambio en el paradigma energético fuera la de la energía solar. Aunque no ha sido así hasta hace bien poco, ni en Extremadura ni en España. En otros países de Europa, con condiciones menos favorables la energía producida por placas solares ha superado a la de nuestro país en los últimos años.
España, a años luz del resto de países europeos
Después de algunas dudas y polémicas parece que ahora sí, la apuesta por esta fuente de energía limpia e inagotable es firme. Lo dicen los números. España está a la cabeza y de manera muy destacada en la instalación de energía fotovoltaica en el territorio europeo en este último año, con 4,7 GW en 2019. Un lugar de privilegio que no ocupaba desde hace 11 años.
En la región, el crecimiento de la energía fotovoltaica es del 121% en el último año y por ejemplo, contamos con 1247 MW (1,247 GW) de potencia instalada, una cuarta parte de la instalada en el conjunto del país en el último año y suficiente (junto con la termosolar) para cubrir el 65% de la demanda de energía de la región.
La potencia instalada en Extremadura es más del doble de la que se ha instalado en Italia y suma casi los mismos MW que Francia y Portugal juntos
Además, las previsiones que nos ha facilitado la Consejería de Transición Ecológica y Sostenibilidad es de que a finales de este 2020 sean casi unos 9000 MW los que estén en funcionamiento.
En Extremadura hay 192 nuevos proyectos viables para conectarse a la red antes de que acabe 2020. 123 de ellos ya han iniciado los trámites administrativos y 11 las obras
La energía solar es inagotable, limpia y ¿accesible para todos?
Estos son los grandes números, los de las grandes instalaciones. Pero existen otras maneras de aprovechar la energía del sol. Hablamos del autocosumo. A diferencia de lo que hemos comentado en cuanto a la producción, España está lejos de los números de instalaciones de autoconsumo que existen en otros países y solo cuenta con algo menos de 10.000.
En Extremadura existen 216 instalaciones de autoconsumo y otras 104 con previsión de puesta en servicio y es que en este caso y a diferencia de los cánones y las compensaciones a las grandes eléctricas la apuesta para particulares es menos atrevida.
En este 2020 no ha habido ningún plan de subvenciones para la instalación de estos equipos de autoconsumo ni exenciones fiscales, ni a entidades ni a particulares. De hecho, no ha habido ninguna partida presupuestaria para este fin desde 2018, aunque nos dicen desde la Junta de Extremadura que después de este verano de 2020 volverán a convocarse ayudas similares a las de la campaña 2018-19, que serán de carácter plurianual y que irán a cargo del presupuesto de 2021.
A ver si se concretan esas ayudas y se le da impulso a esta forma de consumo energético, mucho más eficiente, de menor impacto y acorde con los objetivos de la agenda 2030 para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero a la que se comprometieron los países de la UE en la última cumbre del Clima, la de Madrid.
Para una una instalación de algo más de 2 kW el ahorro en la factura sería de 300 euros anuales y se evitaría le emisión de casi 850 kg de CO2 a la atmósfera
Aprovechemos por lo tanto nuestras capacidades y hagámoslo de manera que el beneficio sea directo para los consumidores extremeños y no como ha pasado con otros muchos proyectos energéticos en los que la carga sí repercute en nuestro territorio, pero los beneficios viajan lejos de la región de la mano de empresas que explotan nuestros recursos naturales o provocan grandes impactos ambientales, pero tributan en otras comunidades.