Será el martes cuando se celebre San Antón, pero algunas parroquias se han adelantado. El origen de esta tradición está en el amor del santo por los animales, a los que decidió bendecir durante toda su vida. Cuando murió, fueron muchos los pastores y ganaderos que lo tomaron como protector, y esa protección ha llegado hasta nuestros días.
Animales de toda especie, tamaño y condición se han dado cita en la parroquia placentina de El Pilar para ser bendecidos.
Cabras, loros, cobayas... A algunos no les hacía demasiada gracia y sólo querían salir volando de allí. Otros se aferraban a sus dueños con uñas y dientes.
Son un miembro más de la familia y sus propietarios quieren seguir celebrando San Antón con ellos muchos más años.