La posguerra fue una época de hambre, especialmente en Extremadura. El párroco de Olivenza, Luis Zambrano, creó el Hogar de Nazaret: una institución benéfica donde se procuraba una comida diaria a los niños del pueblo con la ayuda de las familias más pudientes. El domingo, 23 de enero de 1949, no había alimento suficiente. Solo tres tazones de arroz. La cocinera religiosa, Leandra, echó tres puñaditos de arroz sabiendo que no iba a dar para nada, no hubo que echar más leña, ni más arroz ni más ingredientes.
El arroz brotó durante horas, hasta dar de comer a todas las familias del pueblo. Y la sorpresa nuestra fue que, a partir de ese momento, empiezan a brotar del fondo de la olla. Se reconoció como milagro en 1974; el segundo de este tipo en la historia de la Iglesia. Ahora se celebra su 75 aniversario con la misma devoción y agradecimiento que aquel día”.
