La ejecutiva provincial del PSOE toma las riendas del partido en Alburquerque. La ejecutiva provincial del PSOE ha pedido esta mañana "encarecidamente" a la alcaldesa de la localidad, María Luisa Murillo que dimita de todos sus cargos públicos. El PSOE le abre además un expediente de expulsión del partido.
Situación económica "lamentable"
El secretario provincial de los socialistas pacenses, Rafael Lemus, ha calificado la situación económica del ayuntamiento de "lamentable" a pesar, asegura, de los esfuerzos de la Junta y la Diputación. En enero le pidieron al Ayuntamiento un plan de viabilidad y no ha llegado, por lo que la situación es "insostenible". Lemus no descarta la intervención del consistorio por parte del ministerio de Hacienda y reconoce que "puede ser la mejor solución".
Además, Lemus denuncia el aumento de la crispación en el pueblo y no tener comunicación oficial de la dimisión de dos concejales socialistas del consistorio. En las últimas semanas han presentado su dimisión dos ediles socialistas, Ignacia de la Cruz Rollano y Josefa Alejo, mientras que también presentaba su cese como primera teniente de alcalde Magdalena Carrasco.
Precisamente entre los concejales socialistas que aún conservan el cargo se buscará una solución. El partido les sondeará para buscar un candidato a la alcaldía.
El pleno de la tensión
En el orden del pleno figuraba la aprobación de las cuentas generales de 2019. Un punto que el grupo de la oposición trató de desgranar la deuda acumulada en las arcas municipales de Alburquerque. Según el concejal de Independientes por Alburquerque, la deuda municipal roza los 11 millones de euros y ha provocado el impago de las nóminas de los empleados municipales.
Muchos de ellos acumulan hasta cinco meses sin cobrar y están cerrados servicios como la guardería. Por eso, muchos vecinos se manifestaron ayer antes y después del pleno municipal. Los manifestantes han portado claveles, emulando la revolución del mismo nombre en Portugal, para pedir a los concejales que se "unieran al pueblo". Tras ese pleno, los vecinos increparon al equipo de gobierno a la salida.
Estas protestas vienen precedidas de una huelga de hambre mantenida por el policía local Juan Pedro Pulido, las concentraciones diarias de trabajadores municipales pidiendo explicaciones y soluciones a la alcaldesa, Marisa Murillo, así como las concentraciones semanales, los sábados, en la plaza de España convocadas por el sindicato USO y secundada por organizaciones sindicales y partidos políticos, excepto el PSOE, que gobierna la localidad.