Los hechos ocurrieron durante la madrugada del miércoles 22 de septiembre. Diez personas, con sus rostros cubiertos, irrumpieron en una finca de Hornachos, dedicada al cultivo industrial de cáñamo.
Estas diez personas, armados con escopetas, según informa la Guardia Civil, abordaron a otras seis que se encontraban durmiendo en el interior de la explotación agraria. Tras intimidarlos, agredirlos reiteradamente y maniatarlos, se apoderaron de una cantidad, todavía sin determinar, de plantas de cáñamo industrial que habían sido recolectadas en la finca y almacenadas en cajas.
También sustrajeron joyas, cinco escopetas de caza, dos rifles y los teléfonos móviles de las seis víctimas.
Posteriormente, los diez individuos abandonaron el lugar a bordo de tres furgonetas, donde les esperaban más personas para emprender la huida.
Una vez se fueron, se dio voz de alarma a la Guardia Civil. La Central Operativa Compleja de Badajoz de la Guardia Civil estableció el pertinente dispositivo para localizar a los autores. Fruto de ese dispositivo, los agentes localizaron una de las furgonetas implicadas en la A-66, a su paso por el dispositivo sevillano de Guillena y se detuvo a dos personas, ambas vecinas de Sevilla y con numerosos antecedentes.
Después de esta intervención, en las inmediaciones de la N-630, en el término municipal de Santa Olalla de Cala, se hallaron 82 cajas de cartón con 125 kilos de cáñamo. Supuestamente, los autores del robo, una vez se vieron acorralados, se deshicieron de la mercancía arrojándola desde las furgonetas.
Las otras dos furgonetas, ambas con restos de cáñamo, fueron halladas a escasa distancia del lugar donde se había localizado el grueso de la mercancía. Una de las furgonetas había sido robada en la localidad sevillana de Camas. La otra pertenecía a una empresa de alquiler.
Las dos personas detenidas fueron puestas a disposición judicial y posteriormente han ingresado en prisión. Los agentes siguen buscando al resto de integrantes de la banda criminal.