Un 'paciente', en silla de ruedas y con un gotero, está recorriendo cuarenta y tres kilómetros para llegar al Hospital de Zafra. Lo hace ayudado por decenas de usuarios del Hospital de Llerena, que se van dando el relevo cada cinco kilómetros trasladando al enfermo hacia su destino.
Es la simbólica manera que han elegido muchos vecinos de Llerena para denunciar que cada vez tienen menos servicios en su centro hospitalario para derivarlos, precisamente, a Zafra.
Entre las dolencias de este enfermo tan particular, el recorte de servicios como urología, digestivo o ginecología. Pero hay más: solo tienen traumatólogos los fines de semana, temen quedarse sin ellos y sin cirujanos y en verano y todavía siguen esperando la puesta en marcha de la unidad de cuidados críticos que el Servicio Extremeño de Salud les prometió hace ys cinco años.
El SES niega ese desmantelamiento y asegura que los retrasos en las mejoras prometidas se deben a la falta de especialistas en toda la región.
Otra vez la vía única: tres trenes afectados por la avería de un mercancías