27 Abril 2022, 16:12
Actualizado 27 Abril 2022, 16:11

Con dos años de retraso por la pandemia, la localidad pacense de San Vicente de Alcántara acoge desde hoy y hasta el próximo la cuarta edición de FICOR, la Feria Internacional del Corcho. Se trata de un encuentro bienal, que debería haberse celebrado en 2020, y que pone el foco en la situación del sector al que también ha afectado la crisis sanitaria la guerra en Ucrania.

En esta edición participan quince empresas de España, Portugal e Italia, cinco instituciones y la asociación benéfica Adisanvi, asociación a favor de personas con discapacidad de San Vicente de Alcántara, repartidos en la veintena de expositores de la muestra. 

En su inauguración se ha puesto de manifiesto la preocupación del sector por las dificultades que han atravesado durante la pandemia, la huelga de transportes, el incremento de los costes, las consecuencias derivadas de la guerra de Ucrania y su perspectivas de futuro.

El empresario del corcho Jorge Gruat augura "un buen futuro para el sector, sigue teniendo futuro, y es el momento de demostrar que el corcho es insustituible". En la misma línea se ha pronunciado el presidente de Asecor, Joaquín Herrero de Tejada, quien también ha afirmado que "en estos momentos la situación es buena porque sigue habiendo consumo". Joaquín Casquero, de Eurotapones Núñez, ha ido más allá y ha señalado que "sido uno de los sectores que ha aguantado bien el tirón de la pandemia en circunstancias asequibles y buenas".

El sector corchero es muy importante para la economía de Extremadura, ya que cuenta con 40 empresas y produce casi 25.000 toneladas de corcho al año, casi la mitad de todo el país.