1 Agosto 2021, 12:23
Actualizado 1 Agosto 2021, 12:23

La Policía Nacional y la Guardia Civil han culminado una operación contra una red de narcotráfico entre España y Países Bajos, que se ha saldado en sus tres fases con 48 detenidos y la incautación de importantes cantidades de diversas sustancias estupefacientes y que ha conllevado 35 registros, algunos de ellos en Badajoz.

Según han informado este domingo ambos cuerpos, la operación Sayo tuvo su origen a principios de 2020 con la investigación a un grupo criminal asentado en Palma de Mallorca, formado por ciudadanos españoles y colombianos y dedicados a introducir importantes cantidades de cocaína procedente de Países Bajos.

Fruto de esas pesquisas fue el descubrimiento de una rama de la red dedicada al tráfico ilícito de vehículos.

Los agentes detuvieron a 19 personas e intervinieron un arma de fuego, 63 vehículos de alta gama, ocho equipos de diagnosis con los que modificaban los datos de los vehículos sustraídos, 45 pares de placas de matrícula, fichas técnicas y permisos de circulación manipulados.

Ademas, encontraron material para llevar a cabo los robos, como detectores de radiofrecuencia y maquinaria para forzar bombines, entre otros.

Para todo ello se contó con la colaboración de Europol y de las policías de Rumanía, Irlanda, Alemania, Suiza, Italia, Francia y Portugal.

Tras ello, se abrió una pieza separada por los delitos de tráfico de drogas y blanqueo de capitales y se procedió a la explotación operativa parcial de la siguiente fase, que culminó con la detención de 14 de los investigados, asentados en Baleares.

Ya a principios de este año, la investigación por el delito de tráfico de drogas permitió constatar que la organización establecida en Palma de Mallorca contaba con una rama asentada en la Comunidad Madrid, dedicada al tráfico de drogas, presumiblemente cocaína.

Se comprobó también que la red tenía contactos en Países Bajos, desde donde traían la droga para distribuirla en la Península y las islas. 

Con todo ello se llevó a cabo la explotación operativa de la última fase de la operación, con la detención de los 15 miembros de la red afincada en Madrid, uno de los cuales tenía un papel relevante en la organización, ya que era a quien otros miembros le reportaban las novedades de su actividad ilícita.

Precisamente, la investigación de esta trama tuvo su origen al comprobar que su entonces lugarteniente había sido víctima de un presunto "vuelco" (robo de droga por otros narcotraficantes) en los Países Bajos.

Este último individuo, además de las actividades de tráfico de drogas, se desenvolvía en ambientes criminales vinculados a oficinas de cobro o ajustes de cuentas.


Durante las pesquisas se identificó a una pareja que, en un escalón inferior de la organización, estaba al cargo de un laboratorio clandestino de adulteración y corte de clorhidrato de cocaína, que fue desmantelado.

También se desarticuló un punto de distribución de droga en la localidad madrileña de Torrejón de Ardoz, a cuyo cargo se encontraba otro de los detenidos, quien viajaba habitualmente a Países Bajos porque tenía los contactos con los proveedores de drogas.

Pero además, este hombre era el encargado de distribuir la droga a mediana y pequeña escala desde el punto desmantelado en Torrejón de Ardoz, para lo que utilizaba vehículos de turismo con conductor, los VTC, con los que repartían cocaína rosa, MDMA, cristal, ketamina, viagras o marihuana, entre otras.

De este modo, intentaba salvar las restricciones de movilidad provocadas por la pandemia.

En total, los agentes realizaron en las tres fases de la operación 35 registros distribuidos en ocho provincias diferentes:Alicante, Badajoz, Baleares, Córdoba, A Coruña, Madrid, Toledo y Valencia.

También bloquearon decenas de propiedades inmobiliarias y empresas que conformaban el entramado criminal.