En Llerena celebran estos días San Antón. Una festividad que arranca con una candela y un rato de convivencia con sangría y mucha música.
Desde 1646 existe en Llerena la hermandad de San Antón. Y desde hace siglos, cuando más frío hace, cuando se cura mejor la matanza, los jóvenes celebran al Santo con una enorme candela. También con un juego entre los más chiquillos.
Tras dos años suspendida, en la barriada llerenense que lleva el nombre del Santo tenían muchas ganas de retomar esta festividad. Además, los niños disfrutan también mucho porque aprovechan la lumbre y tiznan sus caras con corcho. La celebración ha continuado este sábado con su día grande, en el que celebran la misa y la tradicional procesión tras la cual bendicen a los animales que traen los vecinos.
