Cuando, hace 30 años, Paco Castañares (entonces director de la agencia medioambiental) propuso a Ángel Rodríguez ponerse al frente del parque de Monfragüe, no esperaba perdurar en el cargo durante 30 años. En 1990 asumía la gestión de uno de los enclaves medioambientales más ricos de nuestro patrimonio natural.
30 años después, a su espalda, Ángel Rodríguez puede decir que bajo su mandato se han logrado los mayores hitos en la historia de este parque que, en 1990, ya había logrado ser parque natural y zona de especial protección para las aves (ZEPA). En 2003 la UNESCO reconocería al parque de Monfragüe como Reserva de la Biosfera y, en 2007, llegó el esperado reconocimiento como Parque Nacional otorgado por el Senado.
Estas 18.000 hectáreas de terreno entre las dehesas son el enclave perfecto para la fauna mediterránea con especies como el águila imperial o la cigüeña negra.
Precisamente este último hito es, para Ángel Rodríguez, el logro más importante conseguido para él en estas tres décadas en el cargo. Que Monfragüe sea Parque Nacional supone, asegura, estar amparado legislativa y financieramente por el estado español.