Un día después de la rotura de la balsa La Maricana, en Jarandilla de la Vera continúan los trabajos de limpieza, ya que hay mucho lodo que recoger y desperfectos ocasionados por el agua. El matrimonio que ayer fue desalojado ya ha podido volver a casa. Ahora están con los trámites para las indemnizaciones, según el alcalde, Fermín Encabo: "Posiblemente se van a poner de acuerdo las tres familias afectadas para ir en conjunto a pedir los daños a los seguros".
"Por favor, una ayuda, porque nos hace mucha falta. Ayer, en una hora, se nos fue toda una vida", solicita Patricia Núñez, una de las más afectadas por la riada.
De la balsa que se rompió salieron 310 mil metros cúbicos de agua, lo que equivale a unas cien piscinas olímpicas. Su reparación será compleja y temen que no estará disponible para la primavera y el verano, que es cuando los regantes utilizan estas reservas y en unos días es cuando cierran los contratos.
La rotura dejará sin agua para el riego a unas 360 hectáreas, la mayoría de tabaco y pimiento. Unas 120 familias dependen de estos cultivos. Uno de ellos es José Luis Robles: "Nosotros el 80% del gasto del cultivo lo invertimos antes de plantar. Entonces tenemos la incertidumbre de que no sabemos qué hacer, si ponemos tabaco, pimiento o nada porque si no tenemos agua para regar".
Juan Hernández, presidente del Consejo Regulador del Pimentón de la Vera, asegura que: "Los agricultores no se van a embarcar en un cultivo que no saben si van a poder sacar adelante".
Este martes por la tarde, se reunirán con el consejero de Gestión Forestal y Mundo Rural de la Junta de Extremadura, Ignacio Higuero de Juan, para evaluar la situación.