La Guardia Civil ha investigado a un vecino de Carbajo (Cáceres) en cuya finca se encontraron los cadáveres de un perro y dos zorros, así como varios cepos metálicos montados y dispuestos para la captura de animales, y al que se le atribuyen dos delitos contra la fauna y de maltrato animal.
Las diligencias policiales han sido remitidas al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 1 de Valencia de Alcántara (Cáceres), mientras que los agentes del SEPRONA continúan con la investigación abierta respecto a la supuesta utilización de sustancias tóxicas en el lugar de los hechos, según ha informado este lunes la Guardia Civil en nota de prensa.
La investigación se inició el pasado mes de octubre, cuando agentes del SEPRONA de Valencia de Alcántara hallaron en el interior de una pequeña finca, en el extrarradio de la localidad de Carbajo, un perro muerto alojado en el interior de un zarzal.
Al ser rescatado y efectuar la lectura del microchip, los agentes comprobaron que días antes se había denunciado su desaparición por pérdida o extravío.
El animal, que se encontraba en estado de descomposición, conservaba aún su estructura básica, apreciándose en una de las extremidades posteriores que aparentaba la sección de una pata, compatible con el agarre de los denominados cepos metálicos, ha expuesto la Guardia Civil.
A escasos metros del hallazgo, se encontraron tres cepos metálicos montados y dispuestos para captura, y, en un zarzal contiguo, un zorro muerto.
Los cadáveres de los animales fueron trasladados al Centro de Recuperación de la Fauna “Los Hornos” de Sierra de Fuentes (Cáceres), donde el informe veterinario de la necropsia arrojó como resultado, respecto del perro, que presentaba seccionamiento de una extremidad, como causa de la muerte el fuerte golpe que presentaba en la zona lumbar, con tres vértebras fracturadas, un acusado hematoma y hemorragia subcutánea.
En otro momento, los agentes hallaron el cadáver de un segundo zorro y un bote de sustancias, que ha sido remitido para su análisis toxicológico, después de que fuera encontrado por un perro detector de venenos del servicio cinológico de la Junta de Extremadura, que participó en el dispositivo.
Por todo ello, el propietario de la finca ha sido investigado como supuesto autor de un delito de maltrato animal por la muerte del perro y de un delito contra la fauna por la muerte de los dos zorros, utilizando medios no selectivos de captura, cepos metálicos.