El nuevo puente de Alcántara parece estar cada vez más cerca. Tras décadas de reivindicación, la Junta autorizaba la licitación de las obras en vísperas de Nochebuena por 18.683.052 euros. Tres meses después, el plazo de presentación de ofertas acaba de concluir con once candidatos. La Junta resolverá en las próximas semanas, por lo que aún no hay un horizonte claro para el inicio de los trabajos. Una vez que se adjudiquen, el plazo de resolución será de 27 meses como máximo.
Por tanto, el nuevo puente no estará construido antes del otoño de 2023. En el acto público realizado esta mañana, que ha contado con la presencia del presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, y la consejera de Movilidad, Transporte y Vivienda, Leire Iglesias, sí se ha estrenado un código QR en el lugar donde se va a construir la infraestructura con la recreación del final de las obras.
Un puente muy esperado
Unas obras prevén la creación de una variante en la carretera EX-117 que implica la construcción de un nuevo puente sobre el río Tajo dentro del término municipal, con el fin de mejorar la movilidad y seguridad vial en esta carretera, evitando que el tráfico de vehículos continúe circulando por el puente romano, declarado Monumento Histórico-Artístico.
Se pretende construir con este proyecto un nuevo puente paralelo al romano, que canalice el tráfico rodado y que, por tanto, evite los peligros que implica la circulación de vehículos sobre el actual puente, que quedará destinado exclusivamente al tránsito peatonal.
La variante de trazado en la cual se proyecta el nuevo puente sobre el río Tajo comienza en el punto kilométrico 35 de la carretera autonómica EX-117, en la margen derecha del río Tajo, y tiene una longitud de 705 metros.
La nueva estructura sobre el río Tajo, con una longitud total de 409,50 metros, se resuelve en tres tramos claramente diferenciados, en consonancia con el estudio previo que realizó la Administración.
Incluirá un primer tramo o puente principal, con una longitud de 267 metros, discurriendo sensiblemente paralelo al puente romano, y en el que convivirán el tráfico rodado y el peatonal, éste último mediante una pasarela adosada.
El segundo tramo, o muros laterales de contención, será una zona en la que se dará continuidad al circuito peatonal de contemplación del puente romano y tendrá una longitud total de 34,50 metros, mientras que el tercer tramo o viaducto de acceso, con una longitud de 108 metros, discurrirá sensiblemente paralelo a la carretera actual, sobre una vaguada natural que drena en el río Tajo.