Comienza la media veda en Extremadura. Como es habitual, la festividad del 15 de agosto es el punto de salida de una temporada que se alargará hasta otro festivo, el del 8 de septiembre. Serán ocho días, contando los sábados, domingos y festivos en los que los aficionados a la actividad cinegética podrán practicarla, con horarios de siete a once de la mañana y a partir de las cinco de la tarde.
Una temporada en la que se nota la sequía. Hay menos puntos de agua y ello compromete la presencia de las aves migratorias. Otra de las novedades de este año es que si bien la codorniz se puede cazar desde el primer día, hay que esperar hasta el sábado, 20, para hacer lo propio con la paloma. "Antes empezaban juntas pero se ha tenido que retrasar porque son periodos establecidos por la Comisión Europea", explica el presidente de Fedexcaza José María Gallardo.
También es novedosa la vuelta a la captura de tórtolas. Se podrá hacer en decenas de cotos que han cumplido un estricto programa diseñado por Bruselas para recuperar esta especie. "Es un programa de caza experimental y adaptativa certificado por agentes del medio natural donde se ha elaborado un censo específico y se ha realizado previamente una gestión de hábitats, alimentos, puntos de agua...", explica Gallardo.
En la región hay unas 70.000 licencias de cazadores, unas 7.000 menos que hace 10 años. Una actividad, la caza, que genera muchos ingresos en el ámbito rural y que recibirá una Medalla de Extremadura el próximo 7 de septiembre.