El centro de salud de Valencia de Alcántara ha atendido esta semana una consulta algo inusual, pero tremendamente emocionante. La protagonista fue Maria Julia Gómez, valentina de 18 años. Regresaba a su pueblo de un viaje pero no sabía que le esperaba una gran sorpresa: "Sentí el pantalón mojado; me acerqué al centro de salud y me dijeron que había roto aguas". La matrona lo tuvo claro: no daba tiempo a llegar al hospital; el niño debía nacer allí.
Y así fue. La ambulancia no llegó, así que Mari Cruz Blanco, la matrona recién llegada al pueblo y el resto de trabajadoras del centro la tuvieron que atender con los medios que disponían. "Aquí en un centro de salud era lo último que me esperaba. Y más en un centro como este que me habían dicho que era tranquilo. Entre todas nos pusimos a organizarlo todo pero cuando un parto viene así no hay que hacer mucho más", nos explica Mari Cruz aún con algo de incredulidad.
"Lo último que me esperaba en el centro de salud era un nacimiento; me habían dicho que era tranquilo"
Fueron momentos de muchos nervios para unos padres que además eran primerizos, pero también de mucha emoción cuando Hugo llegó al mundo. Pesó 2 kilos y 750 gramos. Su padre, Daniel Viles, recuerda perfectamente que "cuando vi la foto del niño al nacer me puse a llorar. Fue una alegría para mí"
Es el primer bebé que nace en Valencia de Alcántara en 35 años. En todo este tiempo muchos lo han hecho eso, sí, pero en el hospital o camino a él, porque los 100 km que separan el pueblo de Cáceres son demasiados. Gloria García, enfermera en el centro de salud, añora la posibilidad de hacer un hospital transfronterizo "que cubriera la comarca nuestra y la del Alentejo que es una zona también muy desprotegida".
Una reivindicación para que futuras madres no tarden más de una hora y veinte minutos en llegar a un hospital.