'El acoso y derribo' es una de las modalidades ecuestres con más arraigo en toda Extremadura. Se trata de una disciplina deportiva derivada del trabajo con el ganado en la que se compite por parejas: garrochistas y amparadores. Javier González es tetracampeón de esta modalidad y nos enseña más sobre esta variedad ecuestre. 

Viajamos hasta Monesterio para conocer a Carlos García, uno de los últimos guarnicioneros de Extremadura y el más joven de toda la región. La edad, en su caso, no está reñida con la profesionalidad con la que realiza sus labores, pues es uno de los profesionales más valorados en este campo. Desde bien pequeño se sintió atraído por este oficio al que se dedica de manera profesional desde hace diez años. En su taller realiza monturas de todo tipo, eso sí, de manera artesanal.

Esta familia de Montánchez mantiene viva la esencia de la yeguada que el abuelo Pedro puso en marcha en el año 2005 y en la que toda la familia se implica. Ahora, sus nietos María, Gonzalo y Luis han heredado una pasión que ha pasado de generación a generación. Todo comenzó como una afición y en la actualidad cuentan con 25 animales 'Nobleza del Guadiana'. 

Nos acercamos a una yeguada muy familiar en Montánchez. Pedro Sanchez es el patriarca y fundador y les ha trasladado su pasión por los caballos a su hija Esther y a sus nietos Luis, Gonzalo y María. Conoceremos a Carlota, corredora de raid que ha sido varias veces campeona de Extremadura y que comparte pasión con su madre. Descubrimos a uno de los pocos guarnicioneros que se mantienen en la región y viajamos a San Rafael de Olivenza para conocer el acoso y derribo, una competición ecuestre muy arraigada en Extremadura.

Una familia de Valverde de Mérida ha visto como alguien se ha llevado las crías de burro que estaban criando. Son animales lactantes que, sobre todo, tienen un valor sentimental.