Cada semana hay melodías que se cuelan entre los sonidos habituales de la UCI del Hospital Universitario de Badajoz. Es un paso más en la humanización de este entorno, aparentemente hostil, y no es casualidad que sea la musicoterapia la herramienta que conecte a pacientes, familiares y sanitarios.
"La música llega donde las palabras no"
Cada sesión se hace de forma personalizada y consensuada con el equipo médico, en función de las necesidades del paciente.
"La improvisación clínica es crear música en relación con el estado del paciente, su respiración, su frecuencia cardíaca"
También invitan a participar a los familiares, con muy buenos resultados...
"Hay evidencias de la mejoría de la ansiedad y de las constantes vitales"
Casi 200 pacientes han recibido sesiones de musicoterapia en estos dos años.
"Algunos se han despertado del coma cuando escuchaban una canción, y se acordaban de la canción y del artista"
Porque la música, la última memoria que se pierde, también ayuda a transmitir vida cuando solo vemos oscuridad.