22 Septiembre 2024, 13:49
Actualizado 22 Septiembre 2024, 14:56

El festival Irish Fleadh ha vuelto a llenar de música este fin de semana las calles de la parte antigua de Cáceres, con el sonido de gaitas irlandesas, uilleann pipes, y el silbido del fiddle, el violín tradicional irlandés. Este evento, que ha celebrado su vigésima edición, ha logrado consolidarse como una referencia de la música celta en España, atrayendo tanto a músicos internacionales como a grupos locales, y ofreciendo una experiencia mágica a los asistentes.

Balance del Irish Fleadh

Con ocho conciertos a lo largo de tres días, el festival ha conmemorado sus 20 años de historia con un programa que ha combinado artistas de fuera del país con bandas extremeñas que también se inspiran en las melodías celtas. Patricia Bravo, directora del festival, ha destacado que "ha habido más músicos internacionales que en otros años", y ha remarcado que el evento "se está haciendo más conocido fuera de la ciudad y fuera de España".

El festival ha cerrado con un emotivo concierto en la Plaza de Santa María, donde todos los grupos participantes se han unido para poner el broche final a un fin de semana cargado de música y ambiente festivo. Fernando Arce, integrante del grupo pacense The Jig Kickers, se ha mostrado emocionado tras participar en el evento: "Ha sido un sueño auténtico, una pasada. La acogida de la organización, el público y la ciudad es algo mágico, una experiencia inolvidable".

Las calles de Cáceres se han llenado de música en cada rincón, con numerosas sesiones improvisadas que hacían que cualquier paseo se convirtiera en un viaje sonoro por Irlanda. Los asistentes han destacado la mezcla de música celta con toques modernos, así como la especial atmósfera que la ciudad ha ofrecido como escenario para este tipo de eventos. "La música por todos los rincones es una gozada", ha sido una de las frases de los asistentes, resaltando la magia de los ritmos celtas en un entorno tan especial como el casco antiguo de Cáceres.

El festival Irish Fleadh no solo se ha centrado en los conciertos programados, sino que las improvisaciones y la participación espontánea de los músicos han mantenido un ambiente irlandés durante todo el fin de semana cacereño.