La VI Bienal de Novela Mario Vargas Llosa ha arrancado esta tarde en el Gran Teatro de Cáceres, marcando un hito: es la primera vez que se celebra en España y también la primera edición sin la presencia del escritor peruano, fallecido en el mes de abril. El acto inaugural, presentado por la periodista Marta Fernández, ha reunido a autoridades, escritores y público en un homenaje cargado de emoción y literatura.
El alcalde de Cáceres, Rafa Mateos, ha destacado el papel de la ciudad como “puente real y sólido entre España y América”, y ha vinculado la Bienal al proyecto para que Cáceres sea Capital Europea de la Cultura en 2031. “La colección de arte contemporáneo del Museo Helga de Alvear es pura inspiración, y nuestra ciudad monumental, pura poesía”, ha afirmado.
La consejera de Cultura, Turismo y Deportes, Victoria Bazaga, ha subrayado el carácter abierto y participativo del evento, con casi 30 experiencias literarias para la ciudadanía. “Hacemos esta Bienal porque también somos cuna de la hispanidad. Somos mestizos, y estamos muy orgullosos de ello”, ha dicho.
El momento más emotivo ha llegado con las palabras de Álvaro Vargas Llosa, presidente de la Cátedra que lleva el nombre de su padre. Ha recordado los últimos días del autor, cuando sus hijos le leían fragmentos de novelas y poemas: “Me dejó helado con una frase hermosa: me acordaba del ritmo, no de las palabras”, así que, asegura, "se fue de este mundo con una sensibilidad auditiva y musical poblada de poesía y de literatura".
La apertura ha incluido una conversación entre los seis finalistas del premio, cuyas obras abordan temas como la memoria histórica, el feminismo, la imaginación, la política y la familia.
La escritora Gioconda Belli, autora de Un silencio lleno de murmullos, reflexionó sobre la perspectiva femenina en la literatura: “No es lo mismo la vida para una mujer que para un hombre, sea madre, amante o ejecutiva. Esa diferencia se enmarca en el libro".
Por su parte, el peruano Gustavo Faverón, con Minimosca, explicó cómo su novela evolucionó inesperadamente: “Cuando terminé la novela me di cuenta de que no era la historia íntima que había planeado, sino una obra mucho más geopolítica. Decidí entonces escribir nuevas historias, bastante desconectadas, sobre relaciones extrañas dentro de familias extrañas”.
El español Ignacio Martínez de Pisón, autor de Castillos de fuego, abordó la necesidad de entender el pasado reciente: “A través de la literatura intento comprender cómo fue la transición. Para ello hay que entender el franquismo y la guerra, pero la posguerra sigue siendo una etapa poco narrada, a pesar de su dureza”.
La argentina Pola Oloixarac, con Bad Hombre, compartió la raíz personal de su obra: “Es la primera vez que trabajo con historias reales". Concretamente, en esta novela, decía la autora, "cuento como mi propia tía abuela fue asesinada a golpes por el que era su amante a la vista de todos en el barrio ene l que vivía en Lima". "La revolución de las mujeres es la más importante que vivimos en esta época y por eso mi libro es un libro feminista", apuntaba.
El nicaragüense Sergio Ramírez, con El caballo dorado, apostó por la imaginación como motor narrativo. A través de un vídeo, explicó que siempre escribe para divertirse, por eso "este libro es un homenaje a la imaginación y al gusto de escribir con libertad". En él, la protagonista es "una princesa de segunda categoría" que se fuga con un peluquero ambicioso y viven múltiples aventuras.
Finalmente, el español David Uclés, autor de La península de las casas vacías, explicó que su objetivo era "contar la historia de la guerra civil en clave de realismo mágico" y "narrar todo lo que sucedió como un fotógrafo", basándose en la objetividad. Además, asegura que leer La Fiesta del Chivo, de Mario Vargas Llosa, fue su inspiración para escribir una novela "en la que hubiera profusión de datos históricos mezclados con una ficción".
Extremadura, epicentro de la literatura
A continuación, se ha podido disfrutar de un paseo por la memoria del escritor peruano fallecido el pasado mes de abril, con el espectáculo titulado 'Mario, un pez en el agua', dirigido y adaptado por Edu Galán, que ha contado con la participación de personalidades como Ana Belén, Ángeles Mastretta, Magüi Mira, Ayanta Barilli, Juan Cruz, Juan Gabriel Vásquez, Raúl Tola, Pilar Reyes, Karina Sainz Borgo y la intervención grabada de Joaquín Sabina y Aitana Sánchez-Gijón.
De esta forma ha dado comienzo esta bienal literaria que ha viajado por primera vez fuera de Hispanoamérica hasta las ciudades extremeñas de Cáceres, Badajoz y Trujillo, que se convierten hasta el próximo sábado en el epicentro de la literatura en español, en este evento que reunirá a escritores, editores, periodistas, académicos y artistas en torno a más de treinta actividades abiertas al público.