Desde el 9 de mayo, sin estado de alarma, los contagios y hospitalizados en Extremadura se mantenían estables, incluso en ligero descenso. El campo estaba abonado para comenzar a flexibilizar aún más. Y así lo anunció la Consejería de Sanidad, que permitió la reapertura del ocio nocturno hasta las dos de la madrugada desde el 11 de junio.
Tras esa esperada reapertura de los locales de copas los datos se mantenían prácticamente en mínimos desde hacía mucho tiempo. Llegó el fin de curso y continuaron levantándose restricciones. Sanidad volvió a permitir el consumo en barra desde el 23 de junio.
Esos factores se unieron días después, desde el 26 de junio, a la eliminación de la obligatoriedad del uso de la mascarilla al aire libre.
Justo tras ese primer fin de semana, sin mascarilla, con mayor movilidad por las vacaciones y apenas restricciones, los contagios repuntaron. Días después, el 7 de julio, la Consejería de Sanidad lanzó una serie de recomendaciones a la hostelería, como potenciar los exteriores antes que los interiores, ventilación cruzada en los espacios interiores y que el volumen de la música sea el menor posible dentro de los establecimientos.
Aún así los contagios siguieron aumentando y a mediados de julio se han vuelto a superar los 400 nuevos positivos al día, por primera vez desde enero. Entonces volvieron a anunciarse restricciones "quirúrgicas", según dijo el Consejero de Sanidad, y con el revés de la desautorización judicial del toque de queda previsto por la Junta para varios municipios.
Ahora lo que más preocupa es el progresivo aumento de hospitalizados, que este sábado son 48, una cifra que no se veía desde el 17 de mayo.