Un estudio reciente realizado por la Fundación Mutua Madrileña y la Guardia Civil ha revelado un dato preocupante: el 75,4% de los niños y adolescentes en España ha experimentado algún tipo de violencia sexual digital. El informe, titulado Violencia sexual contra la infancia y la adolescencia en el ámbito digital, también revela que el 43% de los menores ha recibido imágenes de contenido sexual sin haberlas solicitado.
Precoces con la tecnología
Este tipo de violencia, que se ha incrementado con el uso temprano de dispositivos electrónicos, tiene graves consecuencias en las vidas de los menores. Los niños acceden cada vez a una edad más temprana a la tecnología. Actualmente, el primer dispositivo compartido llega alrededor de los 8 años y el primer teléfono móvil a los 10, aunque los padres consideran que la edad ideal debería ser a los 13,5 años. Además, el acceso a redes sociales comienza a los siete años, especialmente en plataformas como YouTube.
El impacto de estos delitos digitales es devastador: cuatro de cada diez adolescentes que han sufrido chantaje sexual derivado de la difusión de contenido íntimo aseguran que ha marcado sus vidas profundamente.
No Continuará
Para enfrentar esta creciente amenaza, la Fundación Mutua Madrileña y la Guardia Civil han lanzado la campaña No Continuará. Esta iniciativa está dirigida tanto a padres como a menores, con el objetivo de concienciar sobre los peligros de compartir contenido sexual y fomentar la denuncia de cualquier tipo de chantaje o violencia sexual en línea. La campaña incluye tres vídeos que serán difundidos en redes sociales y utilizados en charlas educativas en colegios de toda España. El primer vídeo, lanzado con el mensaje "No reenvíes contenido sexual. Es delito", resalta lo dañino que puede ser compartir imágenes íntimas, incluso de forma aparentemente inofensiva.
El proyecto también insta a los padres a supervisar los dispositivos de sus hijos, recordando que el agresor puede estar más cerca de lo que se piensa. La campaña enfatiza que la responsabilidad de detener estos delitos está en manos tanto de los adultos como de los menores, quienes deben estar informados y conscientes de los peligros del entorno digital.