Bote con pastillas
Morirse por una infección será cada vez más común, según los expertos. Son microorganismos que han aprendido a escapar de la acción de los antibióticos.
Se estima que más de 1.200.000 personas murieron en 2019 en el mundo por infecciones bacterianas comunes que se han convertido en resistentes a los antibióticos. También están relacionadas con otros cinco millones de defunciones, según la revista científica The Lancet.
De seguir así, se estima que en 2.040 será la primera causa de muerte. Lo asegura el catedrático en Microbiología Bruno González Zorn, Director de la Unidad de Resistencia a los Antibióticos y asesor de la OMS en esta materia. "Mueren cuatro veces más personas por resistencia a los antibióticos que por accidentes de tráfico", añade. Es, asegura, "una pandemia silenciosa" que mata cada vez más: "Mueren anónimamente por complicaciones inesperadas: van a una operación de cadera y acaban con una neumonía", ejemplifica.
Eso es lo que le pasó al marido de Antonia, de Calamonte, que fue a hacerse una laparoscopia en el pulmón. Murió quince días después en la UCI por una infección. "Mi marido estaba perfectamente. Tenía 69 años y entró para el quirófano diciéndome adiós con total normalidad -nos cuenta Antonia-. Por lo visto murió por dos bacterias; ni sabían cuáles eran". Según su propio testimonio, en el hospital le reconocieron que llevaban diez años con la bacteria "y no conseguían erradicarla".
Resistencias a los antibióticos que se debe a su abuso en el tiempo. Por eso no debe extrañar que los hospitales sean el foco principal. "Donde más se utilizan es donde más enfermos y cirugías hay, claro", explica González Zorn. De ahí la importancia de no banalizar las cirugías.
También son consecuencia de su uso anormalmente alto en nuestro país, uno de los que más antibióticos receta en Atención Primaria. De ahí la importancia de que se haga un uso limitado y prudente de estos medicamentos. El propio catedrático pide "que no nos automediquemos jamás y que los antibióticos que nos sobre no lo tiremos en la basura". Lo más adecuado es llevarlo a la farmacia, porque en la basura o en las aguas residuales siguen activos y generando bacterias resistentes.
Para intentar frenar la expansión de esta pandemia silenciosa, el SES participa en el Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos y ha puesto en marcha un protocolo para la detección, seguimiento y control de infecciones provocadas por dichos microorganismos.
Según el Servicio Extremeño de Salud, en los últimos cuatro años se han detectado aquí 1.826 casos de infecciones multirresistentes, de los que el 24% no pudo superarlo. 429 personas han fallecido en los hospitales extremeños directa o indirectamente por esta causa desde 2017.