El fundador de la empresa, Martin Roscheisen, con una oblea de diamante
Está previsto que el Consejo de Ministros de este martes apruebe una ayuda de 753 millones de euros dentro del PERTE Chip para respaldar la ampliación de la fábrica de Diamond Foundry en Trujillo (Cáceres), en la que será la mayor operación vinculada hasta ahora al plan español de microelectrónica y semiconductores.
El proyecto se centra en la producción de diamante sintético semiconductor, un material llamado a resolver uno de los grandes límites actuales de la industria: el sobrecalentamiento de los chips. A día de hoy, la miniaturización se ha frenado no por la capacidad de litografía, sino por la imposibilidad de evacuar el calor que generan millones de transistores trabajando de forma simultánea.
Claudia Gómez, investigadora senior en el departamento de almacenamiento térmico del Centro Ibérico de Investigación en Almacenamiento Energético de Cáceres, explica que "el diamante tiene una conductividad térmica altísima, alrededor de 2.000 o 2.200 vatios por metro y kelvin, frente a los 150 del silicio". Esta enorme capacidad para conducir el calor permite que se disperse con mucha mayor rapidez desde la base del chip.
Según Gómez, "el problema que tenemos ahora mismo es que no podemos seguir miniaturizando los dispositivos por el sobrecalentamiento. Queremos meter más transistores, pero cada interfaz genera resistencia y calor, y eso limita el avance". Ese cuello de botella afecta especialmente a la inteligencia artificial, a los centros de datos y a los vehículos eléctricos, donde la demanda de cálculo crece de manera explosiva. "En los centros de datos, en torno al 60% de la energía se dedica solo a refrigeración porque los chips se sobrecalientan muchísimo", recuerda.
Microprocesadores de diamante
La clave del proyecto de Trujillo es fabricar obleas de diamante monocristalino que, una vez dopadas, puedan funcionar como alternativa al silicio. "La idea es que la oblea sea de diamante. Si el calor se disipa desde el material base, ya no tienes el sobrecalentamiento y puedes seguir reduciendo el tamaño de los transistores", explica la investigadora. Esto permitiría chips más compactos, más potentes y con mucha menor demanda energética.
Diamond Foundry ya ha producido prototipos de estas obleas mediante técnicas de deposición química en fase vapor. Ahora trabaja en optimizar el proceso y en el dopado del diamante, un paso imprescindible para que el material pueda comportarse como semiconductor.
Además del salto tecnológico, la fábrica supondrá un impulso económico para Extremadura: la empresa prevé crear más de 2.100 empleos directos e indirectos y situar a la región en la cadena de valor de la microelectrónica, un sector que la Unión Europea considera estratégico para reducir su dependencia exterior.
Desconfiar de "anuncios" en periodo electoral
La portavoz de la Junta de Extremadura, Elena Manzano, acoge el anuncio de la ayuda del Gobierno con escepticismo y pide desconfiar de los "anuncios" de megaproyectos que se hacen en periodos electorales, por lo exige al Ejecutivo central más "rigor".