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Mandíbula y escápula
Un equipo internacional de investigadores, liderado por el Institut Català de Paleoecología Humana i Evolució Social (IPHES-CERCA) y el Instituto de Arqueología de Mérida (IAM, CSIC-Junta de Extremadura), ha identificado evidencias de canibalismo cultural en la cueva de Maszycka (Polonia), datadas en el Magdaleniense, hace unos 18.000 años.
Cortes y fracturas intencionadas
"Las evidencias descartan un tratamiento funerario sin consumo", señala Francesc Marginedas, investigador principal. El análisis muestra que los cuerpos fueron procesados poco después de la muerte, priorizando las partes más nutritivas, como el cerebro y la médula ósea.
El estudio, publicado en Scientific Reports, revela que el 68% de los 63 fragmentos óseos analizados presentan marcas de manipulación humana, incluyendo cortes y fracturas intencionadas asociadas al consumo de carne y médula ósea.
Los investigadores plantean que este canibalismo pudo estar relacionado con conflictos intergrupales debido a la competencia por los recursos tras la última Edad de Hielo. "Estos episodios de violencia pudieron formar parte de la cultura magdaleniense", explica Antonio Rodríguez-Hidalgo, coautor del estudio.
A diferencia de otros yacimientos donde se han encontrado ritualizaciones funerarias, en Maszycka no se hallaron signos de un tratamiento respetuoso de los restos. La mezcla de huesos humanos con animales consumidos refuerza la hipótesis de un episodio violento.