La misma sala en la que estuvieron los rostros del Turuñuelo en el Arqueológico de Madrid, la de 'Novedades', es la que exhibe ahora cinco piezas singulares.
Nada más entrar, el visitante puede contemplar una estela diademada, de la Edad del Cobre, encontrada por casualidad en Alcántara. A su lado, otra estela de guerrero que fue localizada en Navalvillar de Pela, correspondiente al Bronce Final, y en ella se ve una figura antropomorfa rodeada por una diadema.
Un verraco, de la Edad del Hierro, fue hallado en el entorno de Valdecañas cuando bajó el agua del Tajo y se vio en todo su esplendor el Dolmen de Guadalperal.
La exposición se completa con un relieve romano de cabeza de grifo escondido en el Pórtico del Foro de Augusta Emerita, y otro relieve visigodo de entre los siglos V y VI hallado en una finca de Olivenza.
Es solo una parte de la historia de Extremadura, grabada en piedra. Una exposición que ha sido posible gracias a la colaboración de varias instituciones.
La muestra es gratuita, permanecerá en el Arqueológico hasta el 20 de abril y además habrá talleres, mesas redondas y una visita inmersiva a la Cueva de Maltravieso.