A finales de este mes estará listo el estudio de impacto ambiental del regadío de Tierra de Barros y se iniciará el penúltimo trámite: el de las expropiaciones. La comunidad de regantes asegura además que la financiación está garantizada, a pesar del incremento del presupuesto inicial, y en breve espera contar con la concesión definitiva del agua necesaria, por lo que se desbloquearían todos los obstáculos que restaban al proyecto.
Por eso, en paralelo a esas actuaciones se procederá también a la firma del convenio para su financiación y la redacción de los pliegos de condiciones para su licitación.
Se trata del mayor proyecto, por financiación y extensión, realizado en el campo extremeño desde los años 60, según la consejera de Agricultura, Begoña García Bernal.
Hoy se lo han presentado a los agricultores en Almendralejo. 249 millones de euros de inversión, frente a los 195 presupuestados inicialmente, para convertir 15.000 hectáreas en regadíos. Un proyecto "muy definido y claro" según la consejera, que será una realidad dentro de 6 años. La construcción de una planta fotovoltaica de 13 megavatios ha incrementado la inversión, pero se mantiene la aportación fijada para los regantes: 65 millones de euros. El resto de la financiación ya está garantizada con fondos europeos y regionales. "Hay 159 millones de fondos europeos y algunos más de otras partidas. Ahora faltan los fondos de los propios agricultores", precisa Isidro Hurtado, presidente de la Comunidad de Regantes.
El regadío cubrirá tierras no sólo de Almendralejo sino también de Alange, Aceuchal, Villafranca de los Barros, Villalba de los Barros, Ribera del Fresno, Solana de los Barros, Torremejía, La Zarza, Fuente del Maestre, Mérida y Villagonzalo.
Tendrá su propia planta fotovoltaica, que proporcionará el 65% de la energía del regadío. Afectará al olivo y la vid pero también genera nuevas expectativas de cultivo como el almendro.
