Extremadura advierte sobre el fuerte aumento de las importaciones de tomate procesado desde China. Solo en 2024, estas compras superaron los 47 millones de euros, afectando a un sector clave en la región, que denuncia competencia desleal.
Las exportaciones de tomate procesado desde el país asiático al resto del mundo crecieron un 48% entre 2022 y 2023.
Juan Metidieri, de APAG Extremadura Asaja, advierte: "Desde China sabemos perfectamente que, cuando se ponen a producir, lo hacen a gran escala. Y eso nos preocupa, no solo por la cantidad que producen, sino también por los costes, los tratamientos que aplican y la falta de trazabilidad. Nosotros sí estamos preparados para competir en igualdad de condiciones, pero lo que no podemos permitir y Europa tampoco debería es que entren productos que no cumplen ninguna normativa".
Por su parte, Domingo Fernández, presidente de Tomates del Guadiana, señala: "La ama de casa va al supermercado y ve el precio, no se fija en la letra pequeña, en el origen del producto. Y claro, eso, en volumen, tiene un gran impacto. Es una competencia poco justa, porque cuando salimos al mercado a vender, también lo hacemos con la segunda transformación bajo la marca APIS, y ahí ya entramos a competir directamente".
Cada vez son más las voces en Europa que reclaman la imposición de aranceles para equilibrar los costes y frenar el impacto de estas importaciones.
Este desequilibrio comercial ha generado tensiones con el gigante asiático, que continúa ganando terreno en el mercado y desplazando a proveedores tradicionales.