12 Noviembre 2025, 10:15
Actualizado 12 Noviembre 2025, 10:15

La zona histórica de la alquería de Las Hurdes de Riomalo de Arriba, en la localidad cacereña de Ladrillar, será declarada como Bien de Interés Cultural con la categoría de Lugar de Interés Etnológico.

El Diario Oficial de Extremadura (DOE) ha publicado la resolución por la que se incoa expediente de declaración de Bien de Interés Cultural a favor de esta alquería de Riomalo de Arriba, ya que es un "ejemplo de arquitectura vernácula desarrollada en un entorno constreñido, en un contexto de grandes dificultades socioeconómicas, minifundismo y aislamiento", recoge la resolución

Será en este entorno donde se desarrollará una arquitectura tradicional construida con los materiales del entorno inmediato disponibles, como son pizarra, esquistos, tierra y madera.

 

Canal Extremadura

 

Esta situación secular pervivió hasta mediados del siglo XX, cuando se produjeron mejoras significativas en las comunicaciones de la comarca, siendo también ese momento en el que comenzó el fenómeno de despoblación masiva de esta alquería, iniciándose así el abandono de sus construcciones, el cual trajo consigo por un lado el inicio de su progresivo deterioro, pero también su conservación sin modificaciones sustanciales, según relata la Junta de Extremadura en nota de prensa.

Por ello, la alquería de Riomalo de Arriba es un ejemplo importante de arquitectura vernácula conservada de forma homogénea y coherente que requiere de la adopción de medidas de salvaguarda y protección legal del conjunto.

En la actualidad, con los nuevos parámetros del concepto de patrimonio, este elenco de infraestructuras asociados a los trabajos en el mundo rural tradicional comienza a valorarse partiendo del hecho de que deben ser conocidas, estudiadas y registradas para el conocimiento de las generaciones venideras.

 

Condicionado por la topografía 

Riomalo de Arriba es paradigma del tipo de asentamiento concentrado y macizo que se adapta a la topografía del terreno, cuyo trazado urbano se caracteriza por la "ausencia de simetría y la presencia de quiebros muy pronunciados".

La práctica totalidad de las calles son irregulares, estrechas y con vueltas y rodeos, estando su recorrido fuertemente condicionado en su trazado por la orografía sobre la que discurren.

El conjunto conforma una población estructurada en pequeñas manzanas, entre cuyas edificaciones irregulares discurren callejas empinadas, retorcidas y, a menudo, de gran estrechez. La tipología de parcela predominante es estrecha y poco profunda.

Las edificaciones, por su parte, muestran una marcada irregularidad tanto en planta como en alzado, con "viviendas angostas y poco profundas, muy modestas, de una o dos plantas, que se definen por su carácter serrano y que quedan marcadas por su precariedad", señala.

Otro rasgo distintivo es la presencia de edificios de dos niveles, siendo frecuente que la diferencia de altura entre estas plantas surja de la propia inclinación del terreno sobre el que se asientan, morfología que es consecuencia directa de su íntima adaptación a la fuerte orografía.

En cuanto a las viviendas, cabe reseñar que estas reflejan la primera de las características de la arquitectura vernácula, como es el uso de escasos medios tecnológicos en contextos muy duros, además de la estrecha conexión con la realidad socioeconómica de la economía campesina de subsistencia, por lo que se trata de edificaciones a caballo entre vivienda como tal y habitáculos elementales de pernoctación como los chozos, bujardas o bujíos.

Viviendas

Así, la vivienda hurdana podría encuadrarse en los modelos de casas serranas de la Alta Extremadura, si bien con particularidades marcadas por su sobriedad. Estas viviendas, a menudo cercanas a la infravivienda, están directamente influida por factores del entorno en las que la pizarra conforma estas pequeñas propiedades por lo general de una sola planta y escasa altura, muy juntas o unidas entre sí y separadas por estrechas callejuelas zigzagueantes.

Son viviendas que, "en muchas ocasiones, redondean las esquinas con el objetivo de aportar estabilidad a estos inmuebles, ya de por sí muy elementales", cuya cubierta, de un sólo faldón, poco inclinado, se realiza disponiendo rollizos de madera y ramajes sobre los que se colocan las lajas de pizarra sin trabazón, uno de los elementos visualmente más llamativos y genuinos de la vivienda hurdana y donde la puerta es el único hueco que muestra al exterior, conformando de esta manera una vivienda marcada por la austeridad.

En resumen, en Riomalo de Arriba se observa este modelo de vivienda tradicional hurdana, con una planta cuadrangular, con disposición más o menos vertical y una puerta de acceso sobre la que descansa una viga de madera con una escalinata bajo la puerta con objeto de aislar el conjunto, siendo la técnica constructiva la mampostería con mortero de tierra, utilizando la pizarra como material básico, cuyo uso predominante ha dado en llamar a este tipo de construcciones 'arquitectura negra'.

Edificios destacados

Además de los numerosos ejemplos de arquitectura vernácula, dos edificios destacan en la alquería de Riomalo de Arriba, como son las Escuelas y la iglesia parroquial.

Así, las Escuelas, creadas por parte del Ministerio de Instrucción Pública a través del Real Patronato a principios del siglo XX, se encuentran separadas de la trama urbana de la localidad, en un punto bien ventilado y soleado.

El edificio está construido mediante muros de carga, forjados de vigueta y bovedilla y estructura de la cubierta de madera y revestimiento de teja árabe. Posee numerosos huecos de formato rectangular y semicircular con muros revestidos con mortero y pintados con una cubierta inclinada de teja cerámica árabe con faldones vertiendo a todos los muros exteriores de fachada.

Por su lado, la iglesia es un modesto edificio exento situado en la parte alta de la población siendo, además, el segundo inmueble más grande de la población tras las Escuelas. Carece de un estilo definido, pudiendo datar de finales del siglo XIX o comienzos del siglo XX y se trata de un edificio de reducidas dimensiones, de una sola nave que se articula en dos tramos y con una sacristía situada tras el presbiterio estando construido con una combinación de mampostería, sillarejo y ladrillo.