Desde este lunes, el aceite de oliva se venderá sin IVA, tras las rebajas aprobadas por el Gobierno. Ya en el año 2023, cuando el tipo impositivo era del 10 por ciento, bajó hasta el 5 por ciento y, ahora, la rebaja que se va a poner en marcha, va a dejar este gravamen en el 0 por ciento. Sin embargo, la eliminación del IVA del aceite de oliva será temporal, pues en octubre comenzará a recuperarse, ascendiendo hasta el 2 por ciento, para después volver a subir en enero de 2025 hasta el 4 por ciento definitivo, en el grupo de los alimentos básicos en el que también podemos encontrar el pan, los huevos, la leche, las frutas o las verduras.
Estas medidas tienen el objetivo de paliar el fuerte encarecimiento que, desde enero de 2021, está experimentando el aceite de oliva. Desde entonces y hasta hoy, ha aumentado un 290 por ciento, triplicando, prácticamente, su precio, según datos del IPC. En el último mes, eso sí, ha experimentado una ligera bajada, y en el sector esperan que la próxima campaña ayude a moderar los precios, aunque, también quieren ser prudentes, y que no va a ser del todo sencillo.
Aunque es cierto que las previsiones de cosecha invitan al optimismo, los dos últimos años de sequía han mermado la producción y, además, han subido los costes. En Extremadura contamos con 270.000 hectáreas de olivar, de las que solo 30.000 son de super intensivo y, la solución, según la interprofesional del aceite, pasaría por más hectáreas de regadío. El objetivo es lograr el equilibrio entre la producción y los precios, sin dañar al tejido productivo y sin mermar la calidad.