Las propietarias de la Central Nuclear de Almaraz (iberdrola, Endesa y Naturgy) han solicitado formalmente al Ministerio para la Transición Ecológica la prórroga de su actividad hasta el año 2030. Una petición que han remitido esta misma mañana y que supone un paso clave en el futuro energético de Extremadura.
Con esta solicitud, las eléctricas buscan ampliar la vida útil de la planta, cuyo primer reactor tiene previsto su cierre en 2027 y el segundo en 2028, según el calendario vigente de desmantelamiento nuclear en España. Argumentan que la central sigue siendo segura y esencial para garantizar el suministro eléctrico. Aseguran que cumple con todos los requisitos de la Revisión Periódica de Seguridad aprobada por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) en 2020, vigente hasta el final de la década.
Destacan que Almaraz es una infraestructura esencial para el sistema eléctrico español, ya que suministra más del 7 % de la electricidad que se consume en el país, el equivalente a la energía utilizada por cuatro millones de hogares. Además, recalcan su papel como motor socioeconómico de la comarca de Campo Arañuelo, con unas 4.000 personas trabajando de forma directa o indirecta en la central y 1.200 adicionales que se incorporan en cada recarga de combustible.
Semanas intensas
El movimiento llega después de que las empresas comunicaran hace unas semanas su intención de pedir esta prórroga, y de que el Ministerio señalara que no bastaba con una declaración de intenciones, sino con una solicitud formal acompañada de informes técnicos que acrediten la seguridad y viabilidad económica de la medida.
La Junta de Extremadura ha defendido en varias ocasiones la continuidad de Almaraz La planta genera miles de puestos de trabajo directos e indirectos y representa un peso importante en la economía de la comarca de Campo Arañuelo.
Si se aprueba, Almaraz se convertiría en la primera central española en obtener una prórroga dentro del actual plan de cierre nuclear.