En Mérida se está celebrando la Primera Edición del Congreso Ibérico de Renovables. Un foro de reflexión sobre el aspecto positivo que nos ofrecen las renovables pero también sobre la rapidez en su implantación. Actualmente, más de 30 mil hectáreas, el 0.8% de la superficie de Extremadura, están ocupadas por las renovables. Una cifra que se podría doblar de aquí a 2030.
Sin embargo, expertos y expertas ambientalistas exigen más rigor y criterio para su instalación ya que, por ejemplo, instalar un parque eólico en una montaña supone una apertura de pistas forestales o equipamientos para conducir la energía, algo que como subraya Puri Canals, Presidenta del Consejo Ibérico de la Naturaleza, "transforma los usos del suelo". Por lo que el impacto en el entorno es mucho mayor. La fauna se ve afectada y los suelos pierden su cobertura vegetal. De ahí que no tenga sentido, apunta Canals, intentar combatir el cambio climático, dañando el ecosistema. "Hay que hacer proyectos sostenibles" sentencia Canals.
Y es que, cuanto más diverso y natural sea un ecosistema mayor será su capacidad para soportar y combatir el cambio climático. Expertos y expertas piden que se preserven los entornos naturales y abogan, además, por instalar esas renovables en zonas degradadas. La energía renovable es beneficiosa, insiste Jorge Vega, Presidente de ADENEX, pero puntualiza "se necesita una pequeña paralización en el ritmo de instalación". Vega incide en que una proliferación de renovables "sin organización" la sufren los ecosistemas y los paisajes
Precisamente este jueves se ha inaugurado oficialmente una nueva planta fotovoltaica entre Badajoz y Olivenza, aunque funciona desde diciembre. Prevé producir al año más de 100 gigavatios hora, lo que supondría energía para unos 30 mil hogares