Una lata de medio litro de una bebida energética equivale a dos cafés expresos. ¿Cómo reacciona el cuerpo de un menor a esta sobreestimulación? "Lo que realmente estamos es provocando una posible adicción a esta misma sustancia o cualquier otra sustancia", dice Luis Guerrero, director técnico de AFAVAL.
Así es, su uso continuado puede llegar a generar adicción, y en algunos casos convulsiones o cuadros psicológicos o psiquiátricos, que hasta ahora, no habían dado la cara. "Vemos un patrón que se repite, que es que haya consumidores de otro tipo de sustancias, como puede ser el alcohol o cannabis y están muy asociados al consumo de este tipo de bebidas", añade.
Galicia ya trabaja en la elaboración de un borrador de una ley, que va a prohibir su venta entre menores de edad. Según Luis Guerrero "algo hay que hacer y evidentemente, que se vaya tomando este tipo de medidas, por lo menos para concienciar a la sociedad de que algo se está haciendo mal".
Actualmente, cuatro de cada diez estudiantes han consumido, al menos, una bebida energética a lo largo del último mes. Un consumo que no sólo está asociado a los fines de semana. No sólo provoca alteraciones del sueño, sino que se trata un cóctel de azúcar, cafeína, taurina y otras sustancias poco recomendables por los expertos.
