Comenzamos el mes de septiembre, el noveno del año civil y el primero del año agrometeorológico y del otoño tanto climático como astronómico. ¡Cuántas cosas! Además de la entrada de la nueva estación (que este año se dará el martes, 22 a las 15 horas y 31 minutos), las temperaturas inician una tendencia a la baja (con ambiente más fresco, sobre todo por las noches) y se recogen los frutos que maduraron en el verano así como la miel de las colmenas. Estas son las principales características que recoge el refranero popular.
Del cambio de estación encontramos: “Marzo y septiembre son hermanos: uno dice adiós al invierno y el otro, al verano”, aludiendo al paso hacia la primavera del primero y hacia el otoño, el segundo. En esos días de transición se da una igualdad entre las horas de luz solar y las de noche: “Por San Mateo, tanto veo como no veo” (San Mateo, día 21).
El otoño, como la primavera, es una estación de transición, por lo que suele tener una gran variabilidad meteorológica. Lo habitual es que el paso de las borrascas y de sus frentes asociados nos dejen ambiente nuboso y los habituales temporales de lluvia, pero no es infrecuente que los anticiclones se muestren inamovibles en las cercanías de la península durante semanas, dejando tiempo soleado y seco. En particular, en el área del Mediterráneo se suelen dar episodios de fuertes aguaceros: “Septiembre o seca las fuentes o se lleva los puentes”.
Mientras se da la bajada progresiva de las temperaturas que comentábamos anteriormente, se dan los habituales “veranillos” a lo largo de la estación otoñal. Éstos son episodios con ambiente más cálido de lo habitual para esa época del año en cuestión. El primero de ellos (y seguramente, el más conocido) es el “Veranillo del membrillo” o también conocido como “Veranillo de San Miguel” (festividad día 29): “El veranillo de San Miguel faltará muy rara vez”.
Este calor hace madurar aún más ciertos frutos: “Por agosto, uvas e higos; por septiembre, membrillo” e incluso hace florecer por segunda vez a algunas plantas: “Septiembre benigno, octubre florido”.
