La escasez de precipitaciones que llevamos arrastrando desde noviembre comienza a hacer mella en los pantanos y en los campos. El actual año hidrológico, que empezó en octubre, ha sido como un mal estudiante: suspendiendo y aprobando algún examen con un 5 pelado, lo que hace que sus calificaciones trimestrales sean desastrosas.
Octubre comenzó relativamente bien en el norte, pero no en el sur. En localidades como Fuente de Cantos, Llerena o Azuaga y el mes quedó clasificado como muy seco, mientras que por el norte, se superaron los 100l/m2. En su conjunto, octubre fue un mes húmedo, con una precipitación media en la región fue de 104l/m2, lo que supone un exceso de un 55%.
Sin embargo, a partir de noviembre la situación cambió de rumbo y las lluvias fueron cada vez más escasas. Aemet Extremadura lo calificó de muy seco en el conjunto regional. El dominio de las altas presiones impidió que volviese a llover hasta finales de mes. En los 30 días del mes, apenas se acumularon 8l/m2 en el cómputo regional, apenas un 12% de lo debería haber llovido.
Suma un poco y sigue en diciembre. Hubo que esperar al último tercio del mes para volver a coger los paraguas. A finales de año nos cruzaron unas borrascas que, a prisas, pudieron dar un poco de prestigio al mes y dejar los acumulados en los valores de referencia.
El descalabro pluviométrico tiene su continuidad en este año 2022. Enero fue penoso para nuestros campos. Tan sólo llovió un par de días. En Hervás se dio el mayor acumulado: 12l/m2, poco más de que un chaparrón. En el resto de la comunidad los totales son muy inferiores. De hecho, hay estaciones en la provincia pacense que ni siquiera han llegado a los 5l/m2. El balance regional de las precipitaciones es de apenas un 11% de los valores de referencia.
El conjunto del año hidrológico es, cuanto menos, preocupante. Desde octubre hasta enero, también puede caracterizarse como muy seco con un promedio de 185l/m2, que es un 68.1% del valor de referencia para este periodo, siendo el sur de la provincia de Badajoz donde más se acusa el déficit.
Los embalses también sufren la ausencia de frentes y de borrascas. Mediamos el invierno y los pantanos extremeños se encuentran en el 38,50% mientras que hace un año estábamos en el 44,28% y estamos muy lejos de la media de los últimos 10 años que roza el 60%, 21 puntos menos.
Sin duda alguna, es la cuenca del Guadiana la que más está sufriendo esta situación. En la provincia pacense los embalses se encuentran en el 27,89%. De ellos, el que peor está es el de Cíjara con sólo un 17,7%.
Las previsiones para las próximas semanas no son muy buenas. Los modelos insisten en un mes de febrero marcado por las altas presiones. Un anticiclón inamovible en el norte peninsular bloqueando cualquier intento de borrasca de arrimarse a nosotros. De cumplirse, serían 4 meses en los que apenas ha llovido de manera significativa en la región.