Tras un otoño marcado por las lluvias y el temporal de lluvia de diciembre de la mano de Efraín, aún sigue sin cerrarse el ciclo de sequía iniciado en la región en 2014.
Hace unos días ha aparecido en redes sociales unas publicaciones en las cuales se ponía de manifiesto que los temporales de lluvia de los últimos años son la excepción este panorama de escasez de precipitaciones.
Para ello se define un índice de sequía: un algoritmo matemático que combina la precipitación caída, la evaporación producida y las temperaturas. Cuando más positivo sea este valor, el suelo tendrá un exceso de lluvia y cuanto más negativo, será menor.