El temporal de lluvias de últimos del mes pasado sigue dando que hablar dos semanas después. Se analizan, ya desde cierta perspectiva, el fenómeno desde el punto de vista físico. Como causa principal del elevado número de víctimas está la mala gestión de los avisos a la población. De esto parece que hay pocas dudas.
Además, hay quien afirma, quizás con demasiada ligereza, que es el desastre natural más violento en Europa en este siglo... uhmmm... recuerdo las 47.000 víctimas que fallecieron el año pasado en el Viejo Continente por el exceso de temperatura. Pero si lo referimos en cuanto a inundaciones, sí que tenemos el macabro honor de encabezar la lista y dejar en segundo puesto los 185 muertos en Alemania por las riadas de 2021.
Decíamos que los meteorólogos están estudiando si su virulencia ha sido mayor que en otros eventos anteriores y por qué. Aparecen los llamados estudios de atribución. Son unos chequeos que evalúan la influencia de los gases de efecto invernadero (fundamentalmente CO2) en una situación meteorológica de especial relevancia como ésta. Su realización es relativamente sencilla.
Se introducen los datos iniciales con las condiciones actuales en el modelo y se ejecuta su previsión. Después se repite lo mismo, pero rebajando los niveles de gases de efecto invernadero a los que había en 1850, al inicio de la Revolución Industrial, y se obtiene una previsión “natural”, sin efeto humano. Comparando estos dos resultados, y previos filtros matemáticos y estadísticos, es posible ver hasta qué punto ha sido “dopada” la situación meteorológica y, por tanto, de qué nivel de atribución humana (generalmente del 95%) estamos hablando. Estos resultados son cotejados por, al menos, dos científicos independientes y anónimos para dar veracidad del test. Si todo está correcto, se publica.
Aún es pronto para saber qué alteración ha tenido este fenómeno debido a la alta concentración de gases de efecto invernadero, pero todo indica que ha estado potenciado. Aunque aguantan récords históricos de lluvia, se tiene la sospecha que la energía liberada y el volumen de precipitación ha sido sensiblemente mayor. Recordemos que el núcleo de aire frío ha aguantado estoicamente 10 días en el Mediterráneo occidental (cuando lo habitual es que en 3-4 días se hubiese disipado) y los diluvios han descargado en Valencia, Castellón, Málaga, Cuenca, Cádiz... (en vez de un área mucho más restringida). Iremos viendo.
Sobre este asunto hablamos con Damián Insúa, investigador de Extremos Hidroclimáticos en la Universidad de Gante (Alemania). Esta entrevista se emitió el pasado miércoles, 13 de noviembre de 2024. Pincha en la imagen y escucha la entrevista.