Teníamos la sospecha y las matemáticas y la estadística lo confirman: las riadas que sufrieron Alemania y los Países Bajos hace unas semanas tienen toda la pinta de ser una consecuencia más del cambio climático provocado por el Hombre. En otras palabras: serían muy poco probables que se hubieran dado de manera natural.
El estudio ha sido encabezado por 39 científicos de Alemania, Bélgica, los Países Bajos, Suiza, Francia, los EE.UU. y el Reino Unido, todos ellos pertenecientes al grupo World Weather Attribution, una entidad que se dedica en estudiar hasta qué punto estos episodios son propios de la variabilidad natural del clima.
Según este informe, los eventos en su conjunto de precipitaciones extremas de esta magnitud son entre 1,2 y 9 veces más probables debido al cambio climático antropogénico y estas trombas de agua tan puntuales son ahora entre un 3 y un 19% más intensos por la misma causa. De haber ocurrido de forma natural, el episodio debería haber durado 2 días, más del doble.
Este tipo de trabajo se hace por el método de revisión por pares. Éste es un procedimiento muy usual en la comunidad científica actual. Consiste en la evaluación de un trabajo de investigación por profesionales cualificados de esa misma especialidad. Con ese repaso se consigue mantener unos niveles óptimos de calidad con el fin de mejorar el rendimiento y proporcionar credibilidad.
Estas conclusiones están en la línea que las del VI Informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) publicado hace unos días. En él se ponen de relieve las alteraciones climáticas a causa de las desproporcionadas emisiones de gases de efecto invernadero. En el texto se expresa, además, que a medida que aumenten las temperaturas, Europa occidental y central estará expuesta a crecientes lluvias e inundaciones extremas.
“Este evento demuestra una vez más que los extremos que superan con creces los récords observados, exacerbados por el cambio climático, pueden ocurrir en cualquier lugar, provocar enormes daños y causar muertes. Las autoridades locales y nacionales de Europa Occidental deben ser conscientes de los crecientes riesgos de las precipitaciones extremas para estar mejor preparados para posibles eventos futuros”, dijo el Dr. Frank Kreienkamp, Jefe de la Oficina Regional de Clima de Potsdam, Deutscher Wetterdienst (el servicio meteorológico alemán).
Entre el 12 y el 15 de julio se dieron fuertes precipitaciones asociadas a la borrasca “Bernd”. Los estados alemanes de Renania del Norte-Westfalia y de Renania-Palatinado, así como en las inmediaciones de río Mosa fueron las áreas más damnificadas.
No sólo los acumulados de lluvia fueron en único factor decisivo. Hubieron más: en el momento del episodio los suelos tenían elevados valores de saturación, evitando así cualquier tipo de absorción; las pronunciadas pendientes de la orografía aceleraron la caída de los torrentes; y, por último, una mala gestión urbanística, ocupó terrenos potencialmente inundables.
El periodo de retorno para estas lluvias en el río Ahr, uno de los que se desbordó, es superior a 500 años, según los primeros estudios.
Los acumulados de precipitación observados en las vegas de los ríos Ahr y Erft y en la parte belga del Mosa batieron con claridad los récords de lluvia desde que existen registros históricos en esa zona, por encima de los 93l/m2 en algunas estaciones. En la parte altas de las montañas las cantidades debieron de ser mucho mayores, pero las riadas destruyeron los equipos de medición.
Estas inundaciones causaron la muerte de, al menos, 184 personas en Alemania y 38 en Bélgica y daños considerables a la infraestructura, incluidas casas, autopistas y líneas y puentes ferroviarios y fuentes de ingresos clave. Los cierres de carreteras dejaron algunos lugares inaccesibles durante días, lo que aisló a algunas aldeas de las rutas de evacuación y la respuesta de emergencia. Las zonas más afectadas fueron las inmediaciones de los ríos Ahr, Erft y Mosa.
“Estas inundaciones nos han demostrado que incluso los países desarrollados no están a salvo de los severos impactos del clima extremo que hemos visto y sabemos que empeoran con el cambio climático. Este es un desafío mundial urgente y debemos enfrentarlo. La ciencia es clara y lo ha sido durante años”, dijo la Dra. Friederike Otto, directora asociada del Instituto de Cambio Ambiental de la Universidad de Oxford, codirectora del grupo World Weather Attribution y autora principal del IPCC.
Los científicos encontraron una gran cantidad de variabilidad de un año a otro en estos patrones de lluvia muy locales, por lo que, para evaluar la influencia del cambio climático, los científicos observaron datos de una región más amplia.
“Combinamos el conocimiento de especialistas de varios campos de estudio para comprender la influencia del cambio climático en las terribles inundaciones del mes pasado, y dejar claro lo que podemos y no podemos analizar en este evento. Es difícil analizar la influencia del cambio climático en las fuertes lluvias a niveles muy locales, pero pudimos demostrar que, en Europa Occidental, las emisiones de gases de efecto invernadero han hecho que eventos como estos sean más probables”, dijo el Dr. Sjoukje Philip, Investigador del Clima de Royal Instituto Meteorológico Holandés (KNMI)
Los estudios del grupo World Weather Attribution encontraron, además, que el cambio climático hizo que la ola de calor del año pasado en Siberia y los incendios forestales de Australia en 2019/20 fueran más probables, y que la ola de calor reciente en América del Norte habría sido casi imposible sin el cambio climático. También descubrió recientemente que la pérdida de la cosecha de uva francesa después de una helada era más probable debido al cambio climático.
Más info:
https://public.wmo.int/en/media/news/climate-change-made-floods-western…;