Aunque en los medios de comunicación no le hayamos prestado mucha atención, la temporada de huracanes de este año ha sido la tercera más activa desde que existen registros. Se han contabilizado un total de 21 ciclones nombrados, los cuales han ocasionado más de 160 muertos y pérdidas de más de 70.000 millones de dólares; según este baremo, ha sido la cuarta más costosa.
De nuevo, se ha agotado la lista de nombres. La última vez fue el año pasado.
La temporada empezó oficialmente el pasado 1 de junio y finalizó ayer, 30 de noviembre. Un periodo que en la actualidad está en debate porque en las últimas décadas se están observando huracanes más tempranos y más tardíos. Como ha ocurrido este mismo año con Ana, la primera tormenta tropical de la lista, que se formó el 22 de mayo y aguantó unas pocas horas antes de deshacerse.
No tardó mucho en aparecer el huracán Elsa, el 1 de julio. Fue el quinto sistema tropical más prematuro desde que se tienen datos, adelantándose 5 días al que parecía imbatible Eduouard del año 2020. Elsa impactó de lleno a Barbados y en gran parte de la costa este de los Estados Unidos, ocasionando la muerte a una persona al caerle un árbol en Florida y varias personas fueron heridas. Los daños se estimaron en 1.200 millones de dólares.
Tras Fred, llegó Grace. Otro huracán que ascendió a la categoría 3 y tocó tierra en el estado mejicano de Veracruz. Después siguió Ida, aún mucho más potente con su categoría 4, arrasando todo lo que encontraba a su paso y desbancando al mítico Katrina de 2005 con sus casi 1.900 muertos y 125.000 millones de dólares en daños. Después de atravesar Cuba, tomó fuerzas al pasar sobre las cálidas aguas del mar del Caribe, dirigiéndose desde allí a Lousianna donde llegó con vientos de 240km/h que casi borraron del mapa la ciudad de Gran Isle, curiosamente el mismo día que lo hizo el mencionado Katrina.
Después de un agosto relativamente tranquilo, apareció Larry con categoría 3 pero que se quedó nadando sobre el Atlántico hasta que se deshizo. Sin rumbo fijo estuvo Nicholas que pasó por Texas, 13 años después de que lo hiciese el huracán Ike.
El empeño por tener un mayor conocimiento sobre estas estructuras meteorológicas impulsó a la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (National Oceanic and Atmospheric Administration, NOAA) a dirigir por primera vez en la historia un barco hacia un huracán. El elegido fue el ciclón Sam y el reto fue plausible.
La mayoría de los pronósticos de pretemporada apuntaban a una temporada activa. La NOAA dijo que se formarían de 13 a 20 tormentas con nombre, de las cuales de seis a 10 serían huracanes. Y los meteorólogos de la Universidad Estatal de Colorado predijeron que se formarían 17 tormentas tropicales, de las cuales ocho se convertirían en huracanes.