La que estamos acostumbrados a escuchar, más que observar, es la lechuza común. Seguramente que a algunos de los que estén leyendo este artículo se les viene a la cabeza el sonido que se escucha en las noches de verano cuando pasean por las plazas de las iglesias de sus pueblos o ciudades, y es que a esta lechuza también se le llama "de campanario". Y si alguna vez habéis sido capaces de verla, además de ser unos afortunados, también os habréis dado cuenta de sus marcados rasgos: cara de color blanquecino, muy bien delimitado y con forma de corazón. Y ya afinando un poco más, tienen el dorso gris, manchas doradas y puntos blancos y negros.
Aunque es un ave rapaz que solemos escuchar en verano y la relacionamos con calor, lo cierto es que la lechuza se puede ver en España durante todos los meses del año. Se llama también de campanario porque les gusta anidar en las oquedades de los muros de palacios, casas o iglesias. Pero la lechuza es una especie que tiene una amplia gama de hábitats. Lugares que en Extremadura abundan como paisajes abiertos o semiarbolados, áreas esteparias y dehesas, o humedales, entre otros.
A esta lechuza también se le llama "de campanario"
Un matiz que sí hace relacionar a esta especie tan enigmática con el verano y con el calor es su alimentación, o parte de ésta. Pues entre todo lo que entra en el menú, algo que le gusta son insectos anfibios y reptiles, todos ellos más a mano durante el verano que el resto del año. Pero además de ellos, le encantan los micromamíferos como ratones, topillos, ratas y musarañas. De hecho son unos maravillosos raticidas y ayudan a mantener al margen las plagas. Todo elemento en la naturaleza tiene su misión.
Cómo vive la misteriosa nocturna
Además de gustarle habitar en esos huecos de edificaciones, que ya se ha comentado, esta estrigiforme,-que así se llama a las rapaces nocturnas- no construye nidos. Lo que hace es poner los huevos en esas oquedades, en huecos de árboles o agujeros de rocas. Sabemos que sus hábitos son nocturnos, caza y tiene la mayor actividad de noche. Sus ojos están adaptados a la nocturnidad, así como sus oídos, que los tienen muy poco separados y eso les permite orientarse y dirigirse hacia sus presas sin perderse.
Debido a que no tiene movilidad en sus ojos, posee la capacidad de girar su cuello hasta 270 grados. Hay que imaginarse una circunferencia y sombrearla tres cuartos. Todo eso es lo que gira su cabeza. Sus ojos no se mueven, pero sin embargo tienen 3 párpados: el superior para parpadear, el inferior para dormir y con el interior limpia los ojos. Y dentro de sus hábitos, la comida no puede masticarla, la despedaza y directamente al estómago.
Sus oídos los tienen muy poco separados y eso les permite orientarse y dirigirse hacia sus presas sin perderse
Otra especie más amenazada
Hasta hace unas décadas era muy común escuchar el sonido nocturno de esta rapaz. Pero en la actualidad tiene su población en claro receso: cambios de uso del suelo, transformación del paisaje, uso abusivo de pesticidas y rodenticidas causando la muerte de las presas (ratones), o a ellas directamente, son algunas de las causas. También ha cambiado mucho la forma de construir o reformar fachadas, por lo que no pueden ubicarse para la puesta de huevos.
Los sonidos de las noches de verano (I): Autillo