Chicharra posada en una rama de árbol
No sabemos si el origen oficial de la expresión menuda chicharrera viene de querer poner de manifiesto el calor que hace. Pero reflexionando un día sobre los sonidos de la naturaleza y su impacto en nuestro día a día, las chicharras se dejan sentir cuando llega el verano y el calor. Algunas localidades de Extremadura tienen esta expresión en su elenco de vocablos, como Peraleda de la Mata como chicharrina. Y la misma RAE la acepta como tal para hacer referencia al “calor excesivo” o “sitio muy caluroso”.
Las chicharras son unos insectos homópteros que, a través de 3000 especies, se reparten a lo largo todo el planeta. Las que nosotros conocemos -o más bien escuchamos-, son las anuales porque aparecen periódicamente en verano. Existen también las periódicas, que tienen un ciclo de vida que se da cada 13 a 17 años.
Las 3000 especies se reparten a lo largo de todo el planeta
Las cigarras anuales son las que cada verano aparecen, aunque su ciclo de vida dure varios años. Durante el invierno permanecen bajo tierra donde se alimentan de materia orgánica. Todos los ejemplares no son los que emiten el estridente sonido. Cuando nosotros escuchamos, en el campo o andando por las calles, ese sonido tan característico estamos presenciando la llamada del macho a las hembras. Es la forma que tienen de cortejar al sexo opuesto para atraerlas y aparearse. Solamente lo emiten los machos, al igual que los grillos.
¿Cómo producen el sonido?
Si estáis pensando que los grillos cantan con la boca, no andáis muy bien encaminados. Ni cantan, no emite el sonido con la boca. Las chicharras estridulan y lo hacen con unas estructuras situadas en el abdomen. Son unos sacos de aire que inflan y desinflan a través de los timbales, unas membranas que actúan de caja de resonancia. Cuando las temperaturas suben a lo largo del día es cuando la frecuencia de movimiento de esas membranas en mayor, y por eso las escuchamos con más ganas, incluso en las noches cálidas.
Pueden alcanzar más de 90 decibelios, un valor muy alto que hace que las hembras escuchen a los machos hasta a 1 km de distancia y para nosotros ensordecedor cuando pasamos junto a los árboles donde están posadas y camufladas.
Las chicharras periódicas
Hay especies que solamente aparecen cada 13 o 17 años. En el este de Norteamérica es fácil verlas emerger todas al mismo tiempo en tan sólo 24 horas, hasta 400 individuos por metro cuadrado. Pasan períodos de hasta 17 años bajo tierra hasta que salen. Solamente imaginar el chirrío que pueden emitir tantos individuos al mismo tiempo dan ganas de taparse los oídos.