Reaccionan también las organizaciones agrarias sobre el nuevo destino de esos fondos europeos. APAG Extremadura ASAJA valora que se destinen a agricultores y ganaderos y pide que se reconsidere el regadío en Tierra de Barros en el próximo programa de desarrollo rural.
Por su parte, UPA-UCE y La Unión creen que se ha dado carpetazo definitivo al proyecto.
Revertir los fondos en los agricultores y ganaderos
Las organizaciones agrarias consideran fundamental que el desvío de los 104 millones de euros que iban al regadío de Tierra de Barros se destinen a agricultores y ganaderos de la región. Así lo habían solicitado en el comité de seguimiento del Plan de Desarrollo Rural.
"Lo que sí pedíamos es que sea dinero destinado a agricultores y ganaderos", señala el presidente de APAG Extremadura ASAJA, Juan Metidieri. Y añade: "También hemos dado traslado que en el próximo programa de desarrollo rural sea prioritario, si ve el visto bueno, el regadío de Tierra de Barros y así se vuelva a considerar y financiar desde estos mismos fondos"
"Tomadura de pelo"
UPA-UCE y La Unión opinan que se han malogrado las ilusiones de más de 1.000 agricultores y tampoco están de acuerdo con el nuevo destino de esa partida.
El secretario general de UPA-UCE, Ignacio Huertas, señala que "con las organizaciones agrarias no se ha contado a la hora de decidir a qué medidas dedicar ese presupuesto. Nosotros lo que planteábamos es que fueran destinados a medidas estratégicas para el sector agrario, entre ellas la incorporación de jóvenes agricultores y planes de modernización de las explotaciones".
Algo en lo que coincide el secretario general de La Unión y presidente de Unión de Uniones, Luis Cortés: "Se ha tomado el pelo a los agricultores y se ha tomado el pelo a los productores de Tierra de Barros que llevan muchos años prometiéndoles el regadío, y al final entre un Gobierno y otro no se va a hacer. Se debería haber ayudado a líneas de modernización e incorporación de jóvenes".
Consideran que el presupuesto se destina ahora a medidas accesorias, no estratégicas para el sector agrario, que no servirán, aseguran, para regenerar el campo extremeño.