Este lunes, en el poblado de Cíjara, no se hablaba de otra cosa. Los vecinos recordaban cómo, en plena celebración de las fiestas, se les comunicó que debían abandonar sus casas de forma urgente, tras el incendio forestal de Valdecaballeros. Las calles decoradas con banderolas, el escenario montado y las bebidas preparadas quedaron en segundo plano. “Estábamos disfrutando de las fiestas y tuvimos que salir corriendo”, relataban algunos.
Sus 300 habitantes han estado 24 horas fuera de casa, al igual que los 120 niños y monitores del campamento ubicado en Guadisa, en la provincia de Cáceres. Para muchos de ellos, era su primera gran aventura.
Tras pasar la noche en el polideportivo municipal de Valdecaballeros, este lunes han podido retomar las actividades previstas. Se trata de un grupo de scouts de Badajoz, cuyas familias vivieron momentos de gran incertidumbre. Algunos incluso se plantearon desplazarse para recoger a sus hijos.
La normalidad también ha vuelto a las comunicaciones entre municipios, tras la reapertura de las dos carreteras que permanecieron cortadas: la Nacional 502 y la vía que une Castilblanco con Alía.