El Cacereño y Julio Cobos seguirán juntos de la mano para volver a intentar dar el salto a una categoría de bronce que se está haciendo de rogar. El de Valdehornillos llegó en junio del pasado año al cuadro verdiblanco con un objetivo en mente: ascender.
Tras un inicio de malos resultados y peores sensaciones (dos derrotas y un empate en las tres primeras jornadas), los de Julio Cobos debían visitar el Romero Cuerda en la sexta jornada y ya se hablaba de partido trascendental por la liga. Allí, dieron un auténtico golpe sobre la mesa con una victoria por 1-3 en un encuentro que se convirtió en un punto de inflexión.
El cambio de los cacereños fue tal que acumularon un total de 21 jornadas sin perder y cerraron la primera vuelta como líderes de la Tercera extremeña. Y por si fuera poco, eliminaron al Alcorcón en Copa del Rey, un equipo que no conocía la derrota como visitante hasta entonces.
En la segunda mitad del campeonato, los de Cobos siguieron a un gran ritmo de puntuación hasta que el Villanovense frenó su magnífica racha en el Príncipe Felipe. Tres semanas más tarde, todo se paró.
Cuatro meses después, el fútbol en la región volvió con un playoff atípico por delante en el que los de Cobos se quedaron a las puertas de un ascenso tras empatar en la gran final contra los de Álvarez de los Mozos. Como el propio Cobos afirmó al término del encuentro, "ambos merecían ese ascenso".
Tres días después de dicho encuentro, el club confirmó la continuidad del técnico para la próxima campaña. Partirán de nuevo con ese ansiado objetivo: regresar a Segunda B.