Preside el emblemático parque de Castelar en Badajoz desde 1955. Está ubicada a los pies del estanque de los patos, gansos y ocas que hay en el recinto, según el proyecto del diseñador pacense de jardines Antonio Juez. Siete décadas que ya le pasan factura a la escultura de una joven Carolina Coronado.
La poetisa extremeña del Romanticismo necesita restauración y limpieza, un proceso que ha empezado esta semana. El primer paso estos días está siendo retirar la suciedad de la superficie, muy abundante por ser la escultura de piedra caliza. Después se sellarán grietas, se reconstruirán algunos detalles y finalmente se le aplicará un producto hidrofugante para conservarla más tiempo.
Balaustrada trasera
Para concluir los trabajos, la escultura contará con una nueva peana, que sirva para asentar con garantías su peso y su altura, de un 1'25 metros. La restauración permitirá además recuperar la balaustrada trasera original del conjunto escultórico, que desapareció después de unos años.
La actuación cuenta con un presupuesto de 6.000 euros y, según el Ayuntamiento de Badajoz, estará terminada en unas cuatro semanas.
La escultura de Carolina Coronado en el parque de Castelar tuvo tres autores durante la década de los 50 del siglo pasado. Antonio Juez Nieto determinó su ubicación, diseñó el conjunto y supervisó la ejecución. El artista José Sánchez Silva realizó un modelo en barro a escala reducida. Por último, el marmolista Benigno Nieto talló la figura definitiva en piedra caliza.