Veinte días después, el paso de Efraín todavía sigue dejando huella en el río Guadiana a su paso por Badajoz. El puente de acceso está lleno de balsas de agua, y un enorme socavón se ha abierto en el camino de acceso a la zona de `Las Crispitas´.
Son las consecuencias de la borrasca que sufren paseantes y pescadores. David Aldana, pescador pacense, echaba esta tarde las cañas en una zona casi intransitable "El agua ha inundado los puestos de pesca y toda la fusca se ha venido a la orilla del río, así que prácticamente no se puede pescar", nos cuenta.
La zona donde habitualmente hay pescadores está vacía. De hecho el 26 de diciembre la asociación Amigos del Guadiana tuvo que suspender un concurso de pesca que se trasladó a Zafra porque el estado de la zona era intransitable.
También el agua se ha llevado zonas de paseo. En el camino de acceso a Las Crispitas, el agua ha abierto un enorme socavón que se ha llevado por delante incluso un muro de pizarra. La asociación ciudadana Salvemos el Guadiana ya ha dado la voz de alerta y espera actuaciones por parte de la Confederación Hidrográfica del Guadiana. "Vamos a pedir una reunión con la Confederación para ver qué actuaciones lleva a cabo en la zona", nos cuenta Juan Fernando Delgado, portavoz del colectivo.
Porque el paso de Efraín suma ahora nuevos daños al ya maltrecho Guadiana en Badajoz, donde solo los patos parecen disfrutar del río ajenos a las consecuencias de la borrasca.