La barriada de El Gurugú iniciará desde mañana una nueva edición de su programa que permite ofrecer meriendas y desayunos a los niños de la zona, este año con el objetivo de llegar a medio centenar de chavales, una iniciativa que como se ha reconocido desde la asociación vecinal se antoja muy importante debido al actual escenario dejado por la pandemia.
Este programa se inicia habitualmente tras Navidad, pero el aumento de casos de coronavirus ha llevado a posponer el comienzo una semana, tal y como ha explicado a Efe el presidente de la Asociación de Vecinos de El Gurugú, Ricardo Cabezas. Cabezas ha afirmado que, pese a la situación actual y las restricciones, la iniciativa podrá contar con las instalaciones suficientes para que se pueda llevar a cabo con todas las medidas de seguridad existentes.
El presidente vecinal ha reconocido que en las épocas de crisis el programa es más importante que nunca, por la situación de familias que se encuentran con dificultades, aunque el problema reside en que “la asociación llega hasta donde puede llegar”. Como ha incidido, el programa cuenta con el apoyo económico y con la implicación de la ciudadanía necesarias, pero las capacidades logísticas están limitadas al potencial que puede tener una asociación vecinal y a las limitaciones existentes en la actualidad debido a la pandemia. La iniciativa contempla la aportación de meriendas a los chavales, con los que se trabaja en talleres formativos, a lo cual se ha sumado durante los últimos años la entrega de desayunos para que puedan tomarlos en sus casas.
Este proyecto da paso posteriormente, en verano, al programa de comedor social que se lleva a cabo en la barriada durante julio y agosto para que los beneficiarios puedan contar además con la comida. En el proyecto estival se desarrollan además distintas actividades para que los niños disfruten de los museos y piscinas de la ciudad o de las actividades de ocio que se proyectan en la urbe, entre otros. En ambos casos el objetivo es ayudar a las familias con más dificultades, en un barrio donde sus familias ya sufrieron el impacto de la anterior crisis económica, lo que incentivó el desempleo. Ricardo Cabezas ha afirmado que el programa “lleva muchos años”, lo que le permite afrontar mejor las dificultades actuales.