Miriam y Pedro son trabajadores de la residencia para enfermos mentales de Feafes en Cáceres. Son pareja, tienen un hijo pequeño y arrastran el impago de 11 meses de sueldo. Solo han cobrado tres meses atrasados. La situación les ha llevado a trasladarse a casa de sus padres para poder vivir. "Estamos en riesgo de exclusión, a nivel económico como personal, estamos muy afectados mentalmente. Mi padre está trabajando horas extra para traer dinero a casa", nos explica Miriam, que insiste en que además continúan trabajando cada día.
La situación de impago a los trabajadores ha sido el detonante para que la Junta intervenga e interrumpa el contrato con Feafes Cáceres. Será en octubre, cuando lo apruebe el Consejo de Gobierno.
Esto supondrá el cambio de ubicación de los residentes. La Junta ha esperado los últimos meses a que Feafes cediera su contrato a otra empresa, para así mantener la actual residencia, pero no lo ha conseguido.
El Sepad intentará que continúen los mismos trabajadores con la nueva contratación del servicio. Los trabajadores, por su parte, temen perder los derechos laborales adquiridos.
Ahora conseguirán una solución transitoria, pero los trabajadores mantienen la incertidumbre hasta que el Sepad gestione la nueva licitación del servicio.