Las aseguradoras del Banco Santander deben indemnizar con 150.000 euros a la viuda de uno de sus trabajadores en Cáceres. La Justicia ha considerado que el empleado murió en 2017 por estrés laboral debido a una decisión 'unilateral e injusta' del banco.
Sufrió un infarto
Tras no llegar a un acuerdo para prejubilarle, la entidad financiera, donde llevaba trabajando 20 años, le trasladó a Plasencia para despachar correo.
El empleado denunció la situación y ganó la demanda laboral, pero el banco recurrió y le obligó a reincorporarse en la sucursal placentina. Ese mismo día, sufrió un infarto mientras trabajaba y un mes después, falleció.
En primera instancia, los tribunales atribuyeron la muerte a patologías previas y al tabaquismo. Algo que negó después la Audiencia Provincial de Cáceres, que ha dado la razón a la mujer de la víctima.
La sentencia es firme.